Domingo, 22 de septiembre de 2013 | Hoy
“Habría sido feliz –más feliz– hoy si el premio hubiera recaído en la bella escritora Isak Dinesen”, declaró Ernest Hemingway en una entrevista el mismo día en que recibe el Premio Nobel de Literatura, el 28 de octubre de 1954.
Frans Lasson comenta al respecto: “Para Karen Blixen, las palabras de Hemingway llegaban en un momento en que precisaba más que nunca que la animaran, y se alegró mucho, también porque en un abrir y cerrar de ojos circularon por el mundo entero. Pero también animaron sus propias expectativas de llegar a ser ella en algún momento la receptora del premio (al parecer fue finalista al Nobel en 1950, 1955, 1956, 1957, 1958 y 1959). Aparte del honor de recibir el premio, una considerable suma de coronas suecas caería sin duda sobre un terreno reseco. Rungstedlund estaba ya en bastante mal estado y costaría una pequeña fortuna restaurar decentemente la vieja mansión”.
Karen Blixen le escribe una carta en agradecimiento a Hemingway, el 1º de noviembre de 1954.
“Estimado Ernest Hemingway:
Los diarios daneses informan que al recibir el Premio Nobel me hizo usted el honor de mencionarme como uno de los autores que habrían podido merecerlo.
Con la esperanza de que esa información sea cierta, le agradezco muchísimo sus amables palabras. Me proporcionan en estos momentos, así lo creo, tanto placer celestial –aunque no tanto beneficio terrenal–, como me habría proporcionado el Premio Nobel en sí.
Tengo mucho que agradecerle. Sus libros –desde que por casualidad adquirí Fiesta en mi librería habitual de Nairobi–, han representado mucho para mí. El viejo y el mar fue como un baño o un abrazo.
Es triste que nunca nos hayamos conocido en carne y hueso. A veces he imaginado cómo habría sido ir de safari con usted por las sabanas de Africa.
Le envío mi gratitud y mi aprecio.”
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