Sábado, 9 de septiembre de 2006 | Hoy
HUDSON
Esta semana se inauguró una nueva Estilo Pilar en el muy bonito y especial marco de la vieja Maltería en Hudson. Esta séptima edición de la exposición no resulta muy convincente y hace pensar que, más allá de las condiciones puntuales del mercado, la causa está en que este modelo de evento ya cumplió su función. O no sirve más y debe ser descartado o necesita un serio cambio de características.
Estilo Pilar siempre tuvo un mix muy agradable y cuerdo de practicidad con estética pura. Por un lado, abundaban las ambientaciones, las puestas en escena de decoradores y los jardines casi irreales, “de libro”. Por el otro, era un evento con muchas ventas de objetos y servicios, con alta cobertura del estilo de vida suburbano y semirrural que abunda, justamente, en Pilar. La exposición tenía varios niveles de entrada y era usada tanto para ver ideas como para contratar servicios y comprar mobiliario, herramientas y hasta maquinarias. Como mínimo, era un gran lugar para llevarse un direccionario de proveedores para uso futuro.
Este año, Estilo Pilar parece haberse contraído conceptualmente. Es un evento mucho más pequeño, que consiste en siete casas –los viejos y bonitos chalets de los directivos de la maltería–, unas pocas carpas y una linda serie de espacios públicos parquizados. Las siete casas, de varios ambientes, contienen a los decoradores participantes, y sus jardines fueron producidos por especialistas, como las plazas. Las carpas ofrecen algunos muebles, servicios e indumentaria.
Y eso, como decía Porky, es todo, amigos.
Por supuesto que se encuentran momentos de belleza en Estilo Pilar, como en la primera casa de la serie o en el espacio de Duo/Gurru & Chaga. Pero el conjunto resulta escaso y no llega, ni por asomo, a hacer masa crítica. Más serio aún, parece una Casa Foa más chica aunque mucho más simpática y menos pretenciosa que la cansina feria de diseño high end.
En 2002, en medio de la crisis, los eventos de decoración fueron seriamente afectados, y con razón. Pero en este 2006 no resulta particularmente convincente pensar en razones económicas para explicar qué le pasa a Estilo Pilar. Lo que nos lleva a pensar en el mismo concepto de este tipo de eventos, donde una serie de expositores profesionales “arma” ambientes ideales para mostrar en forma tridimensional su estilo y su capacidad proyectual. Esto, más allá de que se vendan o no los objetos, es el ancla de un evento de este tipo. ¿Será que ya no funciona?
Casa Foa mostró en su última edición un evidente cansancio conceptual: resultaba hasta difícil recordar un ambiente del otro, tal la falta de audacia, creatividad o ideas. Era como caminar por las páginas de una revista de decoración tímida y no muy decidida sobre quién es su lector. A Estilo Pilar parece estar pasándole lo mismo, lo que se nota por ejemplo en el poco convincente “guión” sobre Guillermo Hudson que intenta dar sentido al evento. Un escritor muy serio y naturalista respetable del siglo XIX acaba siendo una especie de gringo amante de los pajaritos... Mucho más interesante es el tema cervecero, desplegado en colecciones publicitarias del tema.
En fin, un paseo agradable que permite recorrer la Maltería, futuro centro comercial, housing y centro gastronómico que recuperará varios edificios de alto valor patrimonial. Y de ver algunas propuestas interesantes.
Estilo Pilar en la Maltería está en la salida a Mar del Plata de la autopista a La Plata, justo después del peaje. Al bajar la rampa están los carteles que indican el recorrido a la entrada del evento con gran claridad. La exhibición sigue hasta el primero de octubre, de 11 a 20 de domingos a jueves, y de 11 a 21 los viernes y sábados. Entrada general 12 pesos, con descuentos para grupos y estudiantes. Informes en www.estilopilar.com.ar
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