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Sábado, 12 de junio de 2004

Solsona, en el Borges

Por Matías Gigli

Una muestra y una publicación recorren en estos días parte de la obra de Justo Solsona. Por un lado, se exhiben en el Centro Cultural Borges dibujos, maquetas y textos de trabajos ejecutados con estructuras metálicas. Por el otro SCALAE, documentos periodísticos de arquitectura, dedicó su última publicación a Solsona, para lo cual convocó a Fredy Masad, Sergio Forster, Alfonso Corona Martínez junto con Alberto Gorbatt. La muestra se desprende del desplegable SCALAE, en el cual aprovecha sus 50x70 centímetros para sintetizar el trabajo de un arquitecto por un valor ínfimo (3 pesos).
Este número de SCALAE y esta exposición muestran a un Solsona sensibilizado por las estructuras metálicas y las grandes luces, para lo cual se eligieron ejemplos del estudio en donde se materializaron con el uso de esta tecnología: el estadio de Mendoza en el Cerro de la Gloria (1976), el Natatorio para los Juegos Panamericanos de Mar del Plata (1994), el Natatorio del Cenard en Buenos Aires (1998), el Centro de Negocios Colonos Plaza (1999) y la Televisión Nacional de Chile (2000).
Jujo Solsona se toma un tiempo para reflexionar en torno a esta forma de construir la historia desde los años 1880 y hace una valoración de obras que, como la estación Retiro, el Mercado Central de Avellaneda, el Mercado de San Telmo, la Usina Eléctrica de la Compañía Italo Argentina, el Puente de hierro del Riachuelo y el Pabellón Argentino para la exposición Universal de París en 1889 marcaron un período glorioso de nuestro patrimonio.
Sin embargo, la reflexión de Solsona no pasa por revalorizar el lenguaje tecno, sino por la contemplación de las grandes espacialidades de los edificios en hermosas estructuras metálicas del pasado. Explica las actuales que, si bien mantienen una gran espacialidad, son el fruto del cálculo vinculado al aprovechamiento de kilos de metal, lejos de las sofisticadas estructuras realizadas hoy en los países ricos.
La exposición que todavía se puede ver en la planta baja del Borges, organizada por Néstor Otero, rescata la idea de que según Solsona “aquí podemos construir una estética de lo posible, que sea el resultado del diseño de las estructuras metálicas pero con la producción tecnológica local, lo que seguramente provocará una arquitectura y una estética diferente al high tech de punta que estamos acostumbrados a ver en las publicaciones internacionales”.
“Quizás estos edificios, cuya percepción visual y espacialidad interior permiten imaginar el uso de una tecnología de punta, resulten un high tech sudamericano, aunque más artesanal y con proporciones menos esbeltas, que utiliza una tecnología del s. XIX, aquella que se inicia en el camino de la arquitectura de hierro cuando un arquitecto francés pone en evidencia la estructura metálica en la Biblioteca Nacional de París, pero con el verdadero lenguaje que conlleva las formas y ventajas de la modernidad”.

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Estadio de Mendoza en el Cerro de la Gloria.
 
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