Jueves, 25 de septiembre de 2008 | Hoy
EL INDIE CABECEA
[HEl Mató A Un Policía Motorizado, Bicicletas, 202, Humos del Cairo y Poseidótica abren un espacio para el sonido indie entre la festivalitis.
Por Juan Manuel Strassburger
Codearse con las estrellas, tocar frente a grandes multitudes, disfrutar de un excelente sonido. ¿Cuál es exactamente la aspiración indie de tocar en un festival? Depende del caso. Para la mayoría de las bandas las dificultades residen en los nervios por tocar ante un público mayor y desconocido, o el escaso tiempo para mostrar credenciales.
Los fulgurantes El Mató A Un Policía Motorizado –una de las apariciones más importantes del indie ‘00– cuentan, por ejemplo, que la ansiedad rankeó alto en la previa de su primera experiencia festivalera (el BUE del ‘04), pero que en seguida la alegría por vivir lo nuevo ganó la parada. “Al principio estábamos bastante nerviosos. Y eso que tocamos en un escenario alternativo”, cuenta Chango, cantante y bajista de El Mató.
“Pero llegamos y era tan de aventura, tan de vivir algo extraño y nuevo, que al final salió buenísimo.” Para el cantante fue distinta incluso la presión por tocar ante un público nuevo: “Yo creo que hay una tensión mayor cuando tocamos para nuestra propia gente. Eso no te pasa en estos festivales. Yo no lo siento, y los chicos tampoco”.
Según Mariano Repetto, baterista de Bicicletas, “tenemos muy buenos recuerdos de los shows que son uno contra la eternidad”, define, con gracia. “Escenarios donde realmente siempre surgen cosas muy especiales. Lo mismo pasa cuando vamos a tocar a Córdoba: la banda se transforma de una forma inquietante, y uno se pregunta a qué se debe”, especula. Y se autorresponde: “La banda es un colectivo de arte. Y esos shows saltan a la luz. Son voladores, hacen bien al grupo humano. Bajás entusiasmado del escenario”.
¿Para tanto? Hay algo cierto: para muchas de las bandas indies, acostumbradas a tocar en lugares pequeños e íntimos, no hay dudas de que el salto –al menos efímero– a la masividad tiene el gusto de lo especial. “Yo como músico es un oportunidad que tengo. Después vuelvo al circuito al que pertenezco. De hecho, al día siguiente toco en Peteco’s. Por eso, estos festivales nos permiten revitalizar un poco los sueños que nos pertenecen”, apunta Rha, cantante de los modernos y electrónicos 202.
Con una nada desdeñable trayectoria en la línea del rock moderno y electrónico (Rha es un ex Santos Inocentes que compartió escenarios con Green Day, Sugar Ray, Marilyn Manson, Ozzy Osbourne), el cantante de 202 tiene una mirada de los shows en los grandes festivales que gambetea el lugar común. “A nivel emocional no hay ninguna variación en nuestra preparación porque la pasión no es buena en el escenario. A diferencia de lo que la gente busca en una banda, el músico representa la música para el público. Y tiene que lograrlo sin estrellarse en el camino, aunque la canción lo proponga. No es sólo catarsis descomunal.”
En otro plan, los Poseidótica proponen una síntesis: concentración y actitud emocional. “Obviamente vamos con nuestros caballitos de batalla que suenen más duros. Pero más allá de que somos instrumentales y no podemos agitar desde la letra, nuestra manera de mostrarnos activos es a través de un riff y de la actitud. Yo creo que si se estás convencido de lo que estás haciendo, eso lo terminás transmitiendo”, postula Santiago Rua, guitarrista del cuarteto. Con dos notorios discos en la calle (Intramundo de 2005 y el recién estrenado La Distancia; ambos con bastante barullo en el particular mundo de la psicodelia progresiva instrumental), los Poseidótica ya son verdaderos “veteranos” en esto de sonar convincentes sin margen para el error.
Una situación distinta a la que vivirán los Humo del Cairo, trío revelación del under que busca el link entre la psicodelia progresiva y la crudeza del primer Pappo (aunque últimamente sumaron soul y blues del viejo a influencias). “Tenemos apenas 18 minutos para mostrar lo que somos. Pero vamos a aprovechar que nuestros temas están en la misma afinación para acortarlos y mezclarlos. Lo importante es no perder la agresividad y la cadencia”, sostiene.
Ahora bien, en lo que todas las bandas están de acuerdo es en el disfrute del camarín y la camaradería que se da entre los grupos (“Compartís una birra, hablás de afinación, esas boludeces”, comenta Rua), y de la posibilidad de, también, ser un fan. “Nosotros nos morimos por ver a Stone Temple Pilots, es una de las bandas que más nos gusta de los ‘90”, sorprende Repetto de Bicicletas, mientras que Rha de 202 admite su admiración y afinidad con Nine Inch Nails (“En los ‘90 eso era tener onda”, se planta). ¿Black Rebel Motorcycle Club? La figurita preciada por casi todos. Desde El Mató... a Humo del Cairo. Lo que se llama reunir el consenso indie.
* El Mató A Un Policía Motorizado y Humo del Cairo tocan el 2 de octubre a las 17. A las 17.35 toca 202. Poseidótica toca el 11 de octubre a las 20 y Bicicletas el 15 de octubre. A las 21.
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