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Jueves, 28 de abril de 2016

UNA VIDEOCONSOLA INDIE FIESTERA

EL QUE SE ENOJA, PIERDE

La central de juegos del estudio local Videogamo fomenta la intervención de los que no portan joystick.

 Por Hernán Panessi

Mientras una PlayStation 4 reposa mansa al costado de un mueble, una pantalla titila, dispara colores e invita a jugar: suena Skrillex bien fuerte y, a fuerza de sencillez, lisergia y practicidad, Dobotone tiene todo para convertirse en la próxima gran sensación de los videojuegos. Es la vuelta a las pistas de Videogamo, la compañía fichinera independiente que la rompió con el arcade NAVE y que regresa con una consola fiestera.

Hernán Sáez y Máximo Balestrini son dos diseñadores full-time: piensan, diseñan, maquetan, prueban, rompen y ajustan. “Vamos laburando capas de complejidad”, explica ñoñamente Hernán. Su nuevo proyecto es una consola indie pensada para fiestas. En el departamento de Villa Urquiza de Máximo, base de operaciones de Videogamo, habita el prototipo de Dobotone. ¿Es un juego o una consola? Bueno, ambos. Por ahora, está en fase de optimización, tiene un esqueleto de cartón y soporta seis juegos. Habrá más: piensan diseñar unos veintipico.

“Tenemos la fantasía de que los chinos produzcan una versión industrial”, sincera Máximo. Dobotone tiene una jugabilidad sencilla: como su nombre lo indica, se aprietan nada más que dos botones. Y ya está. Cada jugador elige un joystick y el objetivo es acumular puntos a medida que se van sucediendo los juegos. Sobre la consola, otros botones: mientras los jugadores hacen de las suyas, alguien más puede intervenir la partida. “Como un videogamejockey”, flashea Hernán. Es que Dobotone permite jugar en “Modo Dios” con palancas de gravedad, glitch, música, velocidad, zoom y sonido. No se aclara hasta dónde joder: las reglas las pone uno. El que se enoja, pierde. O no.

“La idea es que sean juegos cortos que no requieran aprendizaje”, comenta Máximo. “Tiene que quedar claro que, por ejemplo, vos sos el naranja y que tenés dos botones”, insiste Hernán. A su modo, Dobotone conserva el espíritu de los juegos de mesa, que se pelan en momentos especiales. Balestrini: “Queremos recuperar lo que pasaba con el Atari, que era todo un acontecimiento enchufarlo”. Aseguran que el maridaje con cerveza y amigos va perfecto. “Está bueno molestarse entre sí mientras jugás”, muestra y molesta Sáez.

Si bien estará terminada para septiembre, la Dobotone ya fue exhibida en la Game Developers Conference de San Francisco, Estados Unidos. “Todos los que la probaron la entendieron al toque”, sigue Hernán. Quieren que su consola tenga varias versiones: una final (fichines + carcasa versión acabada), una casera (una “armala vos mismo” con cartones, con jueguitos descargados de la red) o una Steam (para jugar con dos teclas directamente desde PC).

Videogamo viene activo desde 2010 y no para de moverse. Por caso, el 21/5 presentarán una versión más avanzada de Dobotone en la convención local Meet the Devs y, más tarde, con NAVE, su ópera prima, aparecerán en la serie documental gringa Outlanders, sobre la industria videojugabilística del planeta.

¿Y qué les gustaría que pase con Dobotone?

-Queremos que le llegue a la gente: que se hagan una copia o que lo compren, pero que les guste y que todos lo puedan jugar.

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Imagen: CECILIA SALAS
 
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