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POR JAVIER AGUIRRE
No son un grupo sino cuatro solistas. Una sostiene que la cartera representa tanto a su dueña como el ADN. Otra muta identidades hasta ser una diva italiana de los años setenta. Otra divide su vida en obstáculos, con sus inevitables y leydemurphyanos fracasos. Y otra vive su propia revelación merced a las bondades de un tecito alucinógeno. Las cuatro actrices –Julia Muzio, Karina K, Natalia Aparicio y Lorena Rotger– conducen el ciclo de unipersonales femeninos Super Ellas, todos de perfil humorístico y con ingredientes de sátira y clown.
–¿Cómo se llevan los elementos visuales del clown con el texto del monólogo?
Natalia: –Los tiempos del humor son matemáticos, y se pueden transmitir tanto desde lo físico como desde lo textual. Hay clowns, como el mío, que pueden ser muy verborrágicos.
Lorena: –Las cuatro trabajamos directamente con el público, muy atentas a lo que pasa en la sala.
Julia: –El clown está en el origen de los espectáculos, ya que tres de las cuatro venimos de un mismo taller, de Walter Velázquez.
Lorena: –La experiencia en un taller es fundamental para aprender a gestar la propia propuesta, que es la mejor manera de expresar lo que uno quiere. El actor tiene que autogestionar y mover su espectáculo, y no estar a la espera de una producción o de un trabajo en relación de dependencia.
Karina: –No se puede detener el impulso creativo en espera de una subvención. La inmensa mayoría de las obras en cartelera en Buenos Aires son de teatro independiente, cooperativo.
–Centrar el ciclo en el hecho de que sean mujeres, ¿no contribuye a la idea de “la mirada de una mujer” como la mirada de una minoría?
Julia: –¡Como las mujeres en el rock!
Karina: –No, en este siglo las mujeres van a tener otro protagonismo.
Lorena: –Va a haber igualdad verdadera.
Natalia: –De hecho, las mujeres en el mundo somos mayoría.
Lorena: –La feminidad es suficientemente fuerte como para que la mirada femenina no necesite masculinizarse. El ciclo tiene espectáculos potentes, pero su potencia viene del lado femenino, no de buscar un lugar grosero.
Julia: –Muchas mujeres que hacen clown parecen hombres.
Natalia: –Es cierto que si mirás atrás, los grandes humoristas son hombres. Lo que pasa es que para la mujer siempre fue muy difícil ponerse en ridículo. Tiene que romper más barreras que el hombre, que está más acostumbrado a jugar con la ridiculez. Pareciera que, para la mujer, ponerse en ridículo está mal. Las señoritas tienen que hacer todo perfecto: en el baño, hacer pis sin ruido...
Lorena: –Lo que no significa que Super Ellas sea feminista, o “para mujeres”. En los cuatro espectáculos los hombres tienen muchos motivos para reírse.
Natalia: –No hay crítica al hombre. Después de cumplir 25 años, ya no querés dejar a los hombres afuera de nada. Cualquier tipo que aparece, aunque hagas como que estás muy bien sola, te hace pensar: “Algo bueno debe tener”.
El ciclo Super Ellas puede verse los jueves a las 20.30 (puntual) en el teatro-bar La Terraza, del Paseo La Plaza, Corrientes 1666. Entrada: 5 pesos. Esta noche se presenta “Floripondia, una copa alucinógena”.