—Amorama tuvo buenas críticas, pero no colmó las expectativas de ventas. ¿Sentís que no fue valorado en su medida?

—La verdad que no sé. Todos los discos tienen que estar en sincro con el artista y con la gente que lo escucha, y yo ya no estaba en sincro con Amorama cuando salió. No es culpa de nadie, son los tiempos reales de engranajes grandes, mi cabeza ya estaba por otro lado y me era muy difícil salir a pelearlo. Puse toda mi fuerza para hacerlo y creo que todos los que estuvimos involucrados lo hicimos, pero al estar ya distanciada de mi obra todo se convierte en un híbrido muy difícil de sacar adelante. Y a eso sumale diciembre 2001 en la Argentina.

—¿Cómo quedó tu relación con Santaolalla?

—A Gus lo quiero mucho, es uno de los maestros que tuve en mi vida. Algunos piensan que como algo no funcionó te tenés que pelear con los productores. Nosotros hacemos discos, si uno no cumple nuestras expectativas, listo, al siguiente. Gracias a él conocí este lugar.