Morrones es la banda más escuchada, pero menos conocida. Al menos para los fanáticos criollos del PES, que escuchan sus furiosas grageas de puro punk rock cada vez que se ejecutan varias de las versiones domésticas que los fanáticos hacen del juego de fútbol por excelencia. Si la saga FIFA se distinguió por musicalizarse con los hits que las discográficas más poderosas le proveen año a año, la historia de las versiones apócrifas transitó el camino inverso. “No conocemos al que lo hace. Sólo sabemos que es un fanático de la banda y nos sorprendimos un día escuchando nuestra música en el juego”, juega al misterio Hernán, guitarrista. Es entendible: su música se popularizó insólitamente a través de una las versiones “piratas” de uno de los títulos más vendidos en la historia gamer y nadie quiere dejar el rastro. Aunque su aporte es inobjetable: Arquero volante, Me estaré volviendo puto (“por eso no miro más fútbol, y mientras tejo me pregunto”), Chilindrina, No pido permiso y En contra de todos suenan permanentemente mientras definís las opciones del juego, elegís un equipo con cual jugar o cambiás la formación.

Su omnipresencia en las versiones crackeadas (aquellas que permiten jugar con equipos, jugadores y estadios argentinos a través de CDs adicionales llamados “parches”) despierta muchas adhesiones y algún que otro rechazo. Es que mientras en YouTube proliferan tributos inspirados, esmerados o bizarros, algún intolerante le puso a su grupo en Facebook un título desesperante: “¡Basta de Morrones en el PES¡”. A ellos, sin embargo, mucho no les cambió: “Estamos pensando en grabar una canción para el juego, pero la verdad es que no estamos encima de nada. Ni siquiera nos aprovechamos de que nuestra música se conozca. ¡Tal vez porque ni tenemos idea de cómo hacerlo! Tocamos cuando pinta... si es que pinta”, confiesa el baterista Fizu. Pitu, cantante y pluma de muchas de las frases que se tatuaron en la cabeza de los gamers, levanta las banderas del punk tanto como puede: “No nos interesa entrar en el mundillo del rock local. No tocamos en festivales ni somos amigos de nadie. A lo sumo vamos a algún evento benéfico, como hicimos con algunas asambleas barriales o con la fábrica Terrabusi. Mientras tanto, me sigo levantando todas las mañanas para repartir cartas y ganarme la vida”.

Ambos cranearon la banda a fines de la década del ‘90. Con Hernán y Ñandú (bajo) cerraron filas definitivas en 2005 y dos años más tarde sacaron Y bue. Luego probaron con Toma dos y un DVD donde reunieron material grabado en CBGB, Salón Pueyrredón y otros reductos porteños.

* Descargalo en www.gratisweb.com/morronespunk