EXTENSIONES, FIGURACIONES Y APARICIONES
Saliendo a ver
El otro síntoma de que el rock chabón muta, y asegura así sus expectativas de vida, está en su crecimiento dentro del “mercado”. Caras hasta hace unos años relativamente desconocidas para el público no rockero como las de Carlos El Indio Solari, los hermanos Iglesias (Tete y Tanque) o Andrés Ciro Martínez ya forman –práctica y seguramente a su pesar– parte de la farándula rockera que algunos medios descubrieron y se esfuerzan por difundir. La impactante aparición del Indio Solari en Crónica TV cuando se suspendió el show en Olavarría, las sucesivas tapas de revistas y videoclips, y la llegada de Ricardo Mollo a Gente, Caras y Pronto merced a su noviazgo y boda con Nati Oreiro (que brindó momentos televisivos únicos como el saludo del batero renguero Tanque a las cámaras de “Intrusos”, o la respuesta del notero Camilo García “¡Aguante La Renga!”); terminaron por convertir a las otrora estrellas en las sombras en figuras públicas hechas y derechas.
El ensanchamiento de las fronteras del rock chabón es también musical, en especial a través de Mollo –produjo a Mimi Maura, grabó con Charly García, y brotan los rumores de que produciría a su flamante esposa–, pero también con la inesperada fusión El Palomar/Las Cañitas entre Los Piojos y Ratones Paranoicos (la banda que eligió no ser rock chabón) en ocasión del homenaje a Maradona. Por otra parte, la oficialización, años atrás, de la palabra “aguante” por parte de Charly, y la irrupción de la canción “Rock viejita” dentro del infinito arsenal de composiciones de Andrés Calamaro –no parece casual que en la reciente compilación Duetos se haya rescatado el tema “Años”, grabado junto a Luca Prodan, santo patrono del movimiento– también son pruebas de que, mientras los próceres del rock barrial abren el juego, los próceres de los otros rocks también se abrieron al rock barrial. Viven.
J.A.