INEVITABLES
Se reestrena el espectáculo escrito y dirigido por el joven actor Alfredo Staffolani. Andrés es abogado y trabaja en una A.R.T. Alice es policía. Se conocieron en un operativo: ella recogía las pertenencias de una víctima y él llenaba papeles para la empresa donde trabajaba. Ella lo invitó a tomar un café, se besaron, convivieron y, un tiempo después, Alice se fue. Loop persigue a Andrés a través de sus vínculos luego de la partida de Alice: su padre, un abogado a punto de retirarse; el portero del edificio donde vive, una empleada de cementerios que intenta enamorarlo, Guillermo Vilas y otra vez Alice. El loop es un proceso utilizado en la música, a través del cual una melodía que está a punto de terminar vuelve a empezar para repetirse, de manera ilimitada. Staffolani pensó en la melodía del protagonista como un loop constante, sobre el que hace resonancia y se recicla a medida que la historia avanza.
Miércoles a las 20.30 hs. en ElKafka, Lambaré 866. Entrada: $ 60.
Inicia su segunda temporada la obra de Jorge Eiro. En Sudado, un restaurante peruano del Abasto, se realizan las últimas remodelaciones a pedido de Percy, su dueño. Dos obreros, Ricky, argentino, y Lalo, peruano, trabajan para la constructora que ahora maneja Alejo, hijo del antiguo dueño de la empresa, que murió una semana antes. Es el primer día de trabajo después de la tragedia. La jornada parece no terminar por la falta de materiales. El trabajo funciona como anestesia para el dolor y desencanto que provocan el duelo, el desarraigo, la familia, la rutina, la soledad, el deber y los vínculos laborales. Entre la imponente imagen del Machu Picchu, una oficina a medio construir, una fonola y cervezas, la idea de merecer algo mejor surge de manera silenciosa en esta jornada que imprime en ellos una nueva derrota.
Viernes a las 23.30, en El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Entrada: $ 60.
Alguna vez, Billy Corgan encarnó su época como nadie. Fue el infiltrado del grunge que mejor coqueteó con las pretensiones progresivas de la época, dando pasos en falso, pero también alcanzando momentos más que recordables, creando clásicos de los ‘90 como “Siamese dream” y “Mellon collie and the infinite sadness”, y también lo que bien puede considerarse como su despedida del espíritu de esa época, el melancólico “Adore”. Si Kurt Cobain era el que no se creía nada del grunge, Corgan siempre se creyó todo, y así quedó durante la década siguiente, convencido de que era un genio incomprendido. Después de tanto vagar por el desierto, Oceanía –-noveno disco de un grupo que ha sufrido demasiadas mutaciones– es algo así como el esperado regreso a casa, con un disco que abre distorsionado, pero esconde en su corazón una trilogía de temas con el corazón en la mano, que recuerdan mejores tiempos, como “Pinwheels”, “Oceania” y “Pale horse”.
Mientras sus deudos siguen peleándose en la Justicia por su herencia, la primera celebración de la música de la cantante que llega a las disquerías tiene mucho de apuro, particularmente por la carencia casi total de arte de tapa e información, casi un disco pirata antes que un merecido homenaje para guardar en cualquier discoteca. Compilando quince temas sólo de su repertorio de mediados de los noventa, es imposible igual no rendirse ante sus versiones de “En el último trago”, “Que te vaya bonito” o esa emocionante despedida que es “Vámonos”.
Con ya cuatro años desde el fin de su rodaje y poca suerte comercial por el mundo, llega directo a dvd este thriller psicológico norteamericano dirigido por Michael Lander y protagonizado por actores como Cillian Murphy y Ellen Page, además de Susan Sarandon, Bill Pullman y Josh Lucas. John Skillpa (Murphy) trata de llevar una vida discretísima en el pequeño pueblo de Peacock (que le da su título original a esta película), en Nebraska, con el objetivo de mantener bajo control su desorden de personalidades múltiples, una enfermedad que lo aflige desde su traumática infancia, marcada por el abuso materno. Su alter ego secreto es la joven Emma, la identidad bajo la cual se levanta y se prepara el desayuno todas las mañanas, pero que intenta conservar oculta y en equilibrio mediante una firme rutina diaria. Cosa que consigue hasta que un día un accidente –el descarrilamiento de un tren de carga sobre su casa– expone en el vecindario su otra identidad, complicándole las cosas sin vuelta atrás. Una idea interesante y buenas actuaciones de Murphy y Lucas.
Marc Foster (Monter’s Ball, Más extraño que la ficción) dirige a Gerard Butler –el de 300, esa suerte de estrella de acción “sensible”– en esta cosa algo indefinible, titulada bizarramente Machine Gun Preacher que parte de una idea por lo menos rara: contar las aventuras de un ex convicto y mercenario que lucha por los niños de Sudán con una Biblia bajo un brazo y una ametralladora en el otro. Sam Childers se llama este carnicero moral que no es del todo el invento de la afiebrada mente de un guionista, sino que está basado en un personaje y una historia reales. Tras salir de la cárcel convertido en un auténtico creyente, Childers se mete en el negocio de la construcción, erige su propia iglesia y en un breve viaje a Africa encuentra su llamado: salvar a todos esos huérfanos sudaneses esclavizados por la brutal fuerza rebelde de la región. Alucinante en todo sentido.
Vuelve a los cines uno de los más tempranos éxitos de Pixar –la compañía vanguardia de la animación digital– y la que sigue siendo, más de diez años después, una de sus mejores películas, en versión estereoscópica. Para quienes no la recuerden, la historia empezaba con el toque traumático típico de Disney: con la muerte de la madre (y, para agregar a la tragedia, la masacre de los huevos de todos los hermanos) del protagonista. El resto es la aventura de un padre sobreprotector en busca de su hijo, el pececito payaso que, para desafiarlo, se manda más allá de lo recomendable, en terreno de la más temible y dañina de las criaturas de la naturaleza: el hombre. La incorporación del 3D y los anteojitos está más justificada que nunca: por su diseño visual hecho de infinidad de colores y texturas, porque transcurre en la profundidad del océano –y de profundidad se trata– y porque el terrorífico y graciosísimo tiburón en proceso de rehabilitación, Bruce, es más terrorífico y más gracioso cuando se sale de la pantalla. Imperdible.
El documentalista Martín Serra sigue a uno de los personajes más enigmáticos del cine argentino reciente: excluido de la historia oficial, es un héroe y casi un dios para muchos de los habitantes de las comunidades pilagá, a quienes consagró su vida. Nacido en Santa Fe en 1895 y criado en una familia acomodada de Buenos Aires, fue perseguido político en Resistencia, estuvo en la guerra del Chaco Boreal y se radicó en un pueblo de Formosa, donde durante más de cincuenta años ayudó a los aborígenes locales. En la compañía privilegiada del fotógrafo Lucio Bonelli, Serra se interna en la selva en busca de la dimensión más humana de este aventurero, vagabundo, filósofo y desposeído, ermitaño y romántico que se definía a sí mismo como el médico más zaparrastroso del mundo.
Desde el jueves pasado en ArteCinema, Salta 1620, y desde el próximo también en el Incaa Km-Gaumont,Av. Rivadavia al 1600
Al término de la emisión de la entrega de los premios Emmy (que arranca a las 20, con conducción de Jimmy Kimmel) podrá verse un adelanto de la que se anuncia como una de las series de la temporada: el piloto del nuevo programa de Matthew Perry, más conocido como Chandler Bing, de Friends, con el cual el actor intentará romper con la maldición de la sitcom que lo hizo famoso en los ’90. Si al igual que Seinfeld, la comedia de los amigos neoyorquinos mantuvo prisioneros a sus protagonistas, incapaces de repetir aquel éxito, el caso de Perry es especialmente notorio, porque ya lo intentó antes con un programa extraordinario que hubiera merecido mejor suerte de la que tuvo: Studio 60 on Sunset Strip, del guionista estrella Aaron Sorkin. Ahora Perry es Ryan King, un periodista radial especializado en deportes que insiste en retomar su trabajo a pesar de no haber completado el duelo por la muerte de su esposa. Sus jefes deciden enviarlo a un grupo de autoayuda para que empiece a hablar sobre la pérdida de quien fue la mujer de su vida. Esta noche, entonces, la avant-première, precedida de muy buenas críticas en su país.
Hoy, la entrega de los Emmy (desde las 20), y el piloto de Go On (al término de los Emmy), por Warner Channel
Paradise Lost 3: Purgatory
En mayo de 1993 tres chicos de 8 años aparecieron muertos junto a un pantano en la zona de Robin Hood Hills, en Arkansas. Un mes más tarde, tres adolescentes fueron arrestados y acusados por los asesinatos, así como de la violación y la brutal mutilación de los nenes. Hoy llevan casi veinte años cumpliendo condena, aunque nunca apareció evidencia física que los ligara a los crímenes. Este es el tercer documental realizado a lo largo de la condena por los enormes cineastas Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, responsables de las también muy recomendables dos primeras películas sobre el caso, de 1996 y 2000.
Jueves 27 a las 22, por HBO
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