Domingo, 1 de diciembre de 2013 | Hoy
INEVITABLES
Clausen, viejo profesor de un industrial, llama a tres de sus discípulos para hacerles un extraño pedido: construir un motor que lo trasladará a enfrentar la muerte. Ya enfermo, quiere arrojarse en bote por las cataratas del Iguazú. El reencuentro aviva la vieja llama del pasado. Desbordados de alcohol, intentan una fiesta para ahuyentar la muerte. Las relaciones entran en crisis: al parecer Clausen no fue un maestro intachable y tal vez se tomó ciertos permisos con sus discípulos. ¿En el amor, si es sincero, está todo permitido? Un mundo de hombres, un taller, condensación del ideal masculino. La inminencia de la muerte encandila, pero intentar ahuyentarla puede ser una decisión aún peor. Con Mariano Agnone, Mariano Clemente, Pablo Navarro, Adrián Verdaguer, Leonardo Volpedo. Dramaturgia y dirección de Martín Urruty.
Martes y jueves a las 20.30, en el Club Cultural Matienzo. Pringles 1249. Entrada: $ 50.
Dos hermanas gemelas, idénticas, dos versiones de la misma persona. La mirada perpetuada en la otra. Miranda y Raquel quieren lo mismo, sólo porque la otra lo tiene. Un mismo latido, el deseo incrustado en el espejo. El amor como excusa para correr el límite, para cambiar el camino, para unir las vías y estrellarse, para dar a luz, para vivir la muerte desde la vereda de enfrente y para no ver la realidad hasta creer en la ilusión. Un experimento sobre el mundo del doble, tan caro a los universos de ficción, considerados históricamente copias de la realidad. Con Débora Zanolli, la bailarina Margarita Molfino, Valentino Alonso y el propio William Prociuk, quien también es autor y director de la pieza.
A las 21, en el Teatro El Grito, Costa Rica 5459. Entrada: $ 70.
“Este disco es más expansivo en lo musical, no es tan estructurado como el anterior”, le explicó Lee Ranaldo al periodista Roque Casciero en su reciente visita porteña, cuando este segundo disco solista del guitarrista desde la separación de Sonic Youth aún no había sido editado. Pero Ranaldo adelantó muchos de los temas de Last Night on Earth en su show en el Teatro Vorterix, y allí quedó claro que había logrado armar una banda propia, y que el George Harrison ante sus Paul y John (es decir, Kim y Thurston) había logrado finalmente dar rienda suelta a su musa compositiva, silenciada hasta entonces. Si el iniciático Between the Tides and the Times era más un disco de canciones, este inmediato Last Night on Earth suena mucho más rockero y libre, y también más conciso, gracias a The Dust, banda que incluye a otro ex Sonic Youth, el baterista Steve Shelley. No parece ser casualidad que Ranaldo haya confesado recientemente su fanatismo por Grateful Dead y comparado aquellas largas improvisaciones de Jerry García y los suyos con los experimentos sonoros de su grupo de toda la vida. No por nada le reveló a Casciero que casi bautiza este nuevo disco como The Rising Tide, por el barco que estaba en el patio de su casa, al que se subía con sus amigos a fumar porro cuanto tenía 15 o 16 años.
“A mí me gusta el tango como ése del tiempo de antes”, canta Ariel Ardit desde “Sencillo y compadre”, el tema que nada casualmente abre su nuevo disco, al frente de su Orquesta Típica. Considerado como una de las mejores voces de su generación, Ardit se prueba en este disco el traje de gran cantor de otra época, de sonrisa torcida y todo. “Una declaración de vigencia y actualidad del tango”, define el propio artista este trabajo con tangos clásicos pero también muy actuales.
Los thrillers de submarino son un tradicional subgénero, con Das Boot, de Wolfgang Petersen, a la cabeza, y grandes avatares como Marea roja y La caza al octubre rojo, que funciona a base de tensión y claustrofobia. Phantom se enmarca en la tradición siguiendo el manual, sin tratar de renovar nada, pero con gran eficiencia y un simpático tono clase B. Transcurre en 1968, plena Guerra Fría, y gira alrededor de un mediano submarino soviético que carga misiles nucleares, poniendo en peligro la paz mundial. Los antagonistas son Ed Harris, que interpreta a un comandante que es enviado de urgencia al Pacífico con una tripulación improvisada, y David Duchovny como un agente de elite de la KGB cuya misión consiste, en los papeles, en poner a prueba un nuevo equipo técnico en medio del océano, y –en realidad– en algo más oscuro y peligroso. Con guión y dirección de Todd Robinson, la cosa fluye en una primera mirada como un film de suspenso estándar, mientras que en el fondo se despliega una pequeña puesta sobre la supervivencia en medio de un sistema duro y burocrático y un montón de dementes capaces de cualquier cosa en nombre de la Madre Rusia.
Con Sound of My Voice y Otra Tierra, la rubia Brit Marling lleva un par de temporadas convirtiéndose en una de las grandes pequeñas starlets del cine independiente estadounidense: protagonista y coguionista de sus películas, en este thriller que no pasó por los cines es la empleada de una agencia que se dedica a proteger a grandes corporaciones químicas y farmacéuticas. Su misión consiste en infiltrarse en la organización ecoterrorista que le da nombre a la película: El Este. Dirige Zal Batmanglij –socio de Marling en sus títulos previos– y coprotagonizan el sueco Alexander Skarsgard, Patricia Clarkson y Ellen Page.
Con la presencia del director general del Festival de Cannes, Thierry Fremaux –esta vez acompañado por Abdellatif Kechiche, director de La vie d’Adèle– se llevará a cabo la quinta edición de esta muestra con varios de los títulos más importantes de la temporada pasada. Se verán, además de la citada La vie... (el sábado 7, intenso relato de iniciación sobre una quinceañera en busca de sí misma); la italiana Miele, dirigida por la también actriz Valeria Golino (miércoles 4 y domingo 8; sobre una mujer que ayuda a personas en fase terminal a morir dignamente y a la que un hombre sano recurre para suicidarse), y Borgman, del holandés Alex van Warmerdam (jueves 5 y domingo 9); La grande belleza, de Paolo Sorrentino (viernes 6), y Jeune y jolie, lo último de François Ozon (sábado 7 y martes 10): la vida de un joven narrada a lo largo de cuatro estaciones y cuatro canciones.
Del 3 de diciembre hasta el 10, en el Incaa Km 0 – Gaumont, Av. Rivadavia 1635.
El ciclo completo consta de quince de los más importantes y representativos exponentes del cine de terror de los años ’30 por el estudio hollywoodense que se especializó en el asunto, y aunque ya empezó, los que quedan son menos revisitados y por lo tanto los más interesantes: hoy es el turno de otra famosa, La novia de Frankenstein (con Elsa Lanchester con ese pelo eléctrico), pero mañana podrá verse La hija de Drácula (Lambert Hillyer, 1936), el miércoles El hijo de Frankenstein, considerada por algunos fans como una de las mejores entregas de la saga, y luego le seguirán, entre otras, El hijo de Drácula (1943, del gran Robert Siodmak); La guarida de Frankenstein (1944), y la extraordinaria El monstruo de la laguna negra (1954), de Jack Arnold, con la bella Julia Adams.
Hasta el viernes 13 de diciembre, en la sala Lugones, Av. Corrientes 1530.
El cachetazo que recibe un pequeño molesto durante una fiesta de cumpleaños tiene una repercusión perdurable, con insospechadas y devastadoras consecuencias en las vidas de todos los que presencian el episodio. A cada uno de los personajes principales que se ven afectados por el sopapo del título está dedicado cada uno de los ocho episodios de esta miniserie australiana basada en el ambicioso best-seller de Christos Tsiolkas, que echa una mirada aguda y fascinante sobre la vida de clase media y multicultural de los suburbios contemporáneos. Ese suceso sencillo que da lugar a una debacle recuerda a un tipo de relato con aires de tragedia familiar bergmaniana que ya no se ve mucho, y que explora lo que pasa cuando, se ha dicho, “el velo de la cortesía que nos une como sociedad, se desgarra” de pronto. Protagonizan la ganadora del Oscar Sophie Okonedo (de Hotel Rwanda), Jonathan LaPaglia, Alex Dimitriades (de la también recomendable serie Neighbours), y Melissa George (de Grey’s Anatomy), entre otros.
Los miércoles a las 22, por Sundance Channel.
La doctora Ellen Sanders (la gran Toni Colette), cirujana, se ve involucrada en una conspiración política cuando es secuestrada junto a su familia en su casa por un ex agente de la CIA renegado, Duncan Carlisle. Hombre desesperado haciendo las cosas más terribles por las razones más nobles, Carlisle le exige a Ellen que acabe con la vida del presidente de Estados Unidos aprovechando su acceso privilegiado al mandatario: durante una cirugía que ya tiene programada. No hay que contar más, la historia ya está avanzada en el cable –son en total diez episodios– pero siempre es posible conseguir los episodios ya emitidos, o esperar a las cada vez más comunes maratones con las que los canales permiten a sus espectadores ponerse al día.
Los lunes a las 21, por Warner Channel.
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