Dom 08.04.2007
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FAN › UN MúSICO ELIGE SU CANCIóN FAVORITA: BLACK AMAYA Y “EL TEMA DE POTOTO”, DE ALMENDRA

Cuando el rock empezó a abrir cabezas

› Por Black Amaya

“El tema de Pototo” es un tema que me marcó mucho, en lo artístico, desde que lo escuché por primera vez, allá por el año ’68. Es un tema del Flaco Spinetta que tocaba Almendra. Yo ya había escuchado bastante blues y cosas de acá, pero un amigo me trajo un disco simple. A pesar de que era bastante chico, me produjo una cosa muy especial, que me recuerda a cuando escuché también por primera vez “Love Me Do”, de Los Beatles, una sensación rara y dulce a la vez, muy linda, que me llegó mucho. Y acá tenía la ventaja de que ellos eran argentinos, y que entonces podría verlos algún día. Tan es así que una vez me enteré de que tocaban en el Instituto Di Tella, ahí en la calle Florida, y aunque llegué tarde y no tenía plata, los escuché desde la calle. Tocaron otros temas más que hacían en esa época, pero “El tema de Pototo” en particular me hacía pensar cómo ponía vientos esta gente; en que era un trabajo muy bien hecho, raro y dulce, muy armonioso y melódico. Yo ya era también bastante fana de los Stones. Y si “Pototo” me marcó mucho en mi carrera, fue porque, creo, si no hubiera escuchado a grupos como Los Beatles, o Almendra, grupos con muchas melodías, yo estaría tocando heavy metal; o no sé ni siquiera qué estaría tocando: a mí me abrió mucho la cabeza saber que me gustaba este tipo de música, y las letras del Flaco.

Después los fui a ver tocar al Globo. No sabía qué hacer para estar cerca de ellos, así que al terminar el recital, cuando ya estaban sacando a toda la gente, me subí al escenario y me puse a hablar con Rodolfo García, mientras él desarmaba la batería, para contarle que yo también tocaba batería. Después descubrí que es bastante molesto, cuando estás desarmando la batería, que venga un pesado y te hable: yo era uno de esos pesados. Pero Rodolfo, con la mejor onda, me contestaba todas las preguntas.

Más tarde grabé con Pappo’s Blues otro tipo de música, más blues y más rock & roll, pero yo estaba interesado en hacer otra cosa, aunque no sabía bien qué era. Cuando me voy de Pappo’s Blues lo llamo al Flaco; ya habíamos hablado antes para tocar en otro grupo que él tenía en mente y que después fue Pescado Rabioso. Eso, como escuchar “El tema de Pototo”, me ayudó, porque me di cuenta de que la batería no era tocar siempre al palo, sino que también es bueno acompañar temas y canciones, y melodías lindas. Y el Flaco venía con todas esas músicas que escuchaba él y que para mí eran nuevas: James Taylor, la primera época de Tom Jones, Bob Dylan. Aprendí de toda esa música; todo esto me abrió mucho la cabeza. Y un día fui a ver una zapada en un boliche que ahora no me acuerdo cómo se llamaba pero que estaba en Monroe y Cabildo. Estaban Charly García, Pappo y no sé cuánta gente más. Y estábamos todos en el camarín, esperando para tocar, y Charly no sube, me hace pasar a mí, y se queda en la escalera atrás de la batería. Yo vi que me estaba mirando, y al bajar me dice: “A vos, haber tocado con Pescado Rabioso te hizo un buen batero. Si te hubieras quedado con otra música más heavy no hubieras sido tan bueno”. Es así: me gusta el rock & roll, y el boggie, que es lo que toco, pero también me gustan mucho Tom Petty, Neil Young, las canciones folk con melodías; tengo una partecita que es así, y que, como dice un amigo mío, demuestra que somos sensibles, que nos gusta la música elaborada con lindas melodías y letras. Porque la letra también es importante, aunque lo que primero me atrapa son siempre las melodías: por eso me gustaba la música en inglés aunque no sabía el idioma, y me gustaba el tango y no el folklore que mi viejo me quería hacer escuchar. Mi viejo me decía que, si quería ser músico, como argentino tenía que tocar folklore, y me llevaba a todos los bailes a los que iba, orquesta y tango, y también por las radios.

Nunca le conté así, en estas palabras, esta admiración por “Pototo” al Flaco. Es que cuando tocaba con él éramos chicos, y yo estaba tocando con un grande; eran mis primeras armas en un campo musical que no era el mío; incluso algunos músicos me llamaban “traidor” por haberme pasado con el Flaco. Nos hicimos muy amigos y empezamos a charlar sobre las canciones y los acordes que me gustaban; y su sensibilidad y la pasión que pone el Flaco me ayudó a crecer mucho como músico. Con él somos hermanos del rock. Como a él, yo quiero y respeto mucho a todos los músicos de los ’70, porque yo entré un poquito más tarde que ellos, y los vi siempre primero desde abajo del escenario. La cultura del rock en castellano nació ahí: con el Flaco, con Tanguito, con Moris, Litto Nebbia, Willy Quiroga, Opus Dei. El Rulo Rodríguez, un amigo que ya no está más, me decía que los que nacimos en el ’50 fuimos afortunados, porque vimos cómo se iba el tango en los ’60 y venía el rock. Y es verdad.

El baterista Black Amaya continúa presentando su CD Concarán, el sábado 21 de abril a las 22 en el Condado, Niceto Vega 5542. Entradas 15 y 20 pesos.

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