“Es claro que Morrissey puede ser bastante elusivo cuando de apariciones públicas se trata. Por suerte, Kate Park ha conjurado la manera de abrazar a una pequeña versión del músico de sus mil amores”, advierten webs a diestra y siniestra, sin dejar de agradecerle a esta tejedora británica su popular creación: muñequitos de Moz hechos a mano. Con 30 centímetros de alto (“sin incluir el flequillo”, según aclara su creadora) y 150 gramos de peso, cada ejemplar consta de lana acrílica, hilo, nylon, algodón y detallista realización, y ya es furor entre aficionados. A punto tal que, frente a la ola de entusiasmo, la artista ya aclaró que sólo es una fan de los Smiths, que no toma más pedidos hasta el 2015, que tejer es apenas un hobby, que –dado el inesperado interés online– sólo le quedan unos pocos ejemplares más... “¡Sólo soy una grandulona con dedos artríticos! Así que, por favor, no me contacten por más figurines. Espero tener tiempo para sentarme en mi sillón y hacer uno o dos muñecos más después de Año Nuevo. Si lo logro, ya avisaré en mi web. Gracias a todos por el interés”, anotó la amateur Park. Empero, aunque sin alma de comerciante, no escatima los valores: entre 160 y 180 libras esterlinas cuesta el minicantor.

Al menos viene bien equipado: camisitas acorde al estilo del original, accesorios a tono, micrófono en mano (o flores, según la ocasión), cinturón, botas y elegancia nata. No incluye voz, aunque –cabe suponer– sí trae especificaciones veganas. Y una aclaración de seguridad: “Estos muñecos no son juguetes. Contienen granos, fibras sueltas y alambres que representan peligro de asfixia. Por eso, manténgalos lejos de bebés, niños y mascotas. Tampoco se recomienda acercarlos al fuego. Ni lavarlos”. Recreaciones de shows o de interviús despotricando contra la realeza, habilitadas. Para todo lo demás, existe la imaginación. Y una certeza: “Todos fueron producidos en ambientes libres de humo, con gatos presentes”. Así, sí.