Aunque en una de cada cinco mujeres despiertan sensaciones irrefrenables (según encuestas de ciertas tiendas temáticas, por supuesto), nadie hubiera imaginado que los –a menudo fetichizados– zapatos también fueran capaces de expresar emociones. Pero, arte digital mediante, queda claro que además de objeto de ferviente deseo, el calzado puede enunciar sorpresa, desconsuelo, amparo, terror o acaso risa, según cómo esté atada la ecuación. Y, claro, ubicada la lengüeta. Atendiendo a estos detalles, el diseñador Jyo John Mulloor, con residencia en Dubái, creó Shoe Emotions, serie que juega a mixturar cierta parte del cuerpo humano (el rostro) con la cosa inanimada, conforme el estilo del muchacho de Emiratos Árabes. Mulloor ya había demostrado tal afición –surrealista– al convertir cabezas en cascos, pies en relativas zapatillas deportivas, donde la planta del pie se fusiona o metamorfosea en suela de alto rendimiento... Con su más reciente obra, por otra parte, confirma nueva sospecha: “Cada vez que observo mis pies, creo que mi calzado tiene emociones para transmitir; esa idea originó este proyecto”. Así, trabajando con fotografías de personas y de zapatos, que yuxtapone y manipula, Mulloor se vale de collarines y cordones para inaugurar peculiar especie, donde la gente deviene extraña versión de sí misma. Con aliento complicado, cabe suponer…