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Domingo, 14 de abril de 2002

VALE DECIR

Vale Decir

Corre, Salman, corre

El jueves pasado, el diario Clarín publicó una nota firmada por Salman Rushdie, en la que el escritor salía al cruce de una serie de malos entendidos originados a partir de su posición frente a la inminente ofensiva norteamericana en Irak. En breve, lo que Rushdie aclaraba era que su apoyo a la decisión de la Casa Blanca de derrocar a Saddam Hussein está condicionado a la futura instauración de un gobierno democrático, y no al visto bueno que ciertos generales retirados vinculados a la guerra química están recibiendo de Washington. “Los halcones de Estados Unidos”, dice Rushdie, “ya cometieron antes este tipo de errores al apoyar el golpe contra el presidente Allende en Chile (que hizo posible la pesadilla de Pinochet) y la tiranía del sha de Irán (política que llevó eventualmente a la revolución de Komeini)”. Lo que está muy bien, si no fuera porque Clarín decidió aclarar que Rushdie es un “escritor e intelectual iraní”. Sí, claro, y Komeini era indio y en realidad le gustaba mucho Los versos satánicos.

Papá, el soldadito me maltrata

¡Chicos, chicos, ya apareció el juguete que estaban esperando los nenes primermundistas que tienen sed de sangre! Basado en la figura de R. Lee Ermey, el actor que interpretaba al jodidísimo Sargento Hartman de la película Nacido para matar de Stanley Kubrick, acaba de ser lanzado en el mercado norteamericano un nuevo muñeco “motivacional”, destinado a preadolescentes a quienes los sucesivos estrenos de películas como La caída del halcón negro y We were Soldiers han dejado a punto de caramelo. El action figure en cuestión se especializa en gritar –botón mediante– a su dueño unas siete frases distintas, del estilo de “Acaba de pulsar mi botón nuevamente, hijo de puta” y “Asuma el control de su propio destino, maldito infeliz”. Mientras tanto, Temerario Joe llora su destino de juguete veterano caído en desuso.

Lo funerales de la mamá grande

Tras la muerte de la Reina Madre y las extensas jornadas que precedieron a la procesión que la depositó, finalmente, en su última morada, cierta parte de Inglaterra sigue conmocionada por su fallecimiento, al punto que proliferan en Internet sitios donde se discute el impacto del suceso y se rememoran cálidas anécdotas protagonizadas por la abuela de Carlos. A manera de despedida, Radar ofrece una modesta selección de estas remembranzas:
“Creo que la Reina Madre y la princesa Diana son nuestras Torres Gemelas. Por fin podemos mirar a los neoyorquinos a la cara”. L. Ward, de Mansfield.
“Era de la vieja escuela; los que quedan ahora son todos una mierda”. Clement, de Grantham.
“Pensé que no se iba a morir nunca. Pero me ha decepcionado terriblemente”. D. Holmes, de Somerset.
“Era una luchadora y nunca se rendía. Recuerdo una vez cuando la acompañé a visitar una escuela y le pregunté si quería ir al baño antes de irnos. ‘No’, me respondió, ‘no me rendí a los nazis y no me voy a rendir a la vejiga’. Así era ella: se negaba a ser vencida. Aunque después se meó encima. Fue muy desagradable”. B. Forrester, de North Yorkshire.“Era una gran mujer, y una gran amante”. L. J. Worthington, de Penrith.
“Bombardea Irak por nosotros, Tony. Es lo único que va a hacernos sentir mejor”. P. McGregor, de Southampton.
“Debemos enviar todo lo que podamos: frazadas, zapatillas, alimentos no perecederos. Todo lo que podamos con tal de ayudar a esa pobre gente que hace fila para ver el cajón”. R. Thompson, de Bath.
“No importa cómo se sintiera, ella siempre sonreía.Igual que una retardada”. G. Hollins, de East Sussex.
“Estoy seguro de que la Reina Madre no permitirá que esto interrumpa sus obligaciones públicas”. N. Wallace, de Swansea.

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