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Domingo, 19 de diciembre de 2004

VALE DECIR

Vale decir

Guerra en el palomar
El gobierno británico acaba de desclasificar un informe secreto fechado el 28 de agosto de 1945 sobre un aspecto ignorado de la Segunda Guerra Mundial. La Unidad Halcón informa sobre su efectividad en el frente doméstico para la “interceptación y derribo de palomas enemigas” que podían llevar mensajes cifrados a los nazis. En los días previos al desembarco en Normandía, a fines de 1944, los criadores de palomas de la costa sur recibieron el aviso de encerrar sus aves durante ciertos horarios en los que operaba la Unidad Halcón, “formada por dos halconeros con sus respectivas aves interceptoras”. La Unidad comunica que toda paloma en el área fue derribada por los interceptores. Otro aspecto de esta guerra secreta fue el uso de bandadas enteras de palomas –de los mismos criadores de la costa sur– “para atraer a aves enemigas cansadas, para que desistieran de seguir su camino al continente”. El comando de la Unidad Halcón admite que no se capturó así a ningún ave enemiga, pero pide que el Servicio de Inteligencia forme un criadero “para experimentar con técnicas de interceptación que permitan enfrentar al peligro comunista”.


El diablo en la cocina
El padre Gabriele Amorth, presidente honorario de la Asociación Internacional de Exorcistas y exorcista senior del Vaticano, acaba de explicar cómo la tecnología favorece al demonio. En un reportaje al diario Roma Uno, Amorth analiza un reciente caso de “misteriosos fuegos eléctricos en el pequeño pueblo de Caronia, en Sicilia”. Amorth arranca especulando que “probablemente alguien anduvo jugando con la magia blancao negra, y ésa es la puerta preferida por Satán. El ocultismo siempre está y ahora hay una moda particular. El mundo de hoy, en que un juez se atreve a ordenar que saquen los crucifijos de las aulas, abandonó a Dios”.
Las consecuencias, explica el exorcista, son las diabluras reportadas. Amorth recomienda no intervenir y “llamar a un cura, pedirle al párroco que de inmediato bendiga la casa. Si el fenómeno cesa, queda probada la presencia del demonio. Si el fenómeno continúa, hay que llamar a un exorcista, que es el único que puede expulsar a los espíritus diabólicos”. El experimentado exorcista dice que el fenómeno de Caronia es raro por lo extenso: un pueblo entero. Pero no se asombra de que las llamas sean eléctricas. “El diablo frecuentemente muestra su presencia a través de aparatos eléctricos. He visto televisores, lavavajillas, lavarropas y hasta teléfonos estallar en llamas. Cualquier cosa eléctrica.”
Amorth llama la atención de los que se toman su trabajo en joda. “Si le contara las cosas que me encontré haciendo exorcismos, todas las películas que usted vio sobre el tema le parecerían un chiste.”

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