Domingo, 27 de febrero de 2011 | Hoy
VALE DECIR
Quien no haya leído los libros habrá visto las películas: la saga de El señor de los anillos cuenta la caída de Sauron, un malo tan malo que no tiene ni cuerpo, en el cine es un ojo gigante y siniestro que vive en el país de Mordor. Sus huestes son orcos y demás criaturas demoníacas. En el otro rincón, del lado del bien, están los rubicundos elfos, los barbudos enanos y los pequeñísimos hobbits, insospechados héroes.
El tema de que los buenos sean blanquitos y los malos sean tirando a oscuritos ha levantado bastante polvo: el autor de la saga, J. R. R. Tolkien, ha sido acusado de racista por el crítico norteamericano Edmund Wilson y por el autor de fantasía Michael Moorcock, entre varios otros. Las críticas, sin embargo, se pierden entre la multitud de fanáticos que elevan a Tolkien y a su mitología al nivel de los clásicos griegos.
Kirill Yeskov, un paleontólogo ruso, escribió en 1999 un libro llamado El último portador del anillo. La historia transcurre en la misma Tierra Media de Tolkien y narra eventos que suceden justo después de la saga. Es un libro que nunca pudo traducirse al inglés ya que los herederos de Tolkien, celosos defensores de su propiedad intelectual, nunca lo permitieron.
Según cuenta Laura Miller en Salon, el año pasado alguien decidió traducir esta novela al inglés y ponerla en Internet como una descarga gratuita. Ya hubo otras adaptaciones al inglés pero ésta es la versión “oficial”, realizada con la asistencia y anuencia de Yeskov.
Los buenos, en esta historia, no son los mismos. Gandalf es un mago belicista que quiere destruir la iniciativa tecnológica y científica de Mordor. Está aliado con los elfos que quieren ser “amos del mundo” y convertir a la Tierra Media en una “mala copia” de su reino mágico allende los mares. Barad-dur, la torre de Sauron, es “una fascinante ciudad de alquimistas, poetas, mecánicos y astrónomos, filósofos y doctores, el corazón de la única civilización que apuesta al conocimiento racional y opone su tecnología, apenas adolescente, contra la antigua magia”.
Por más que los fanáticos digan que no es “canon” y la desdeñen como fan-fiction de la misma categoría que la que escriben las adolescentes para narrar cómo sus personajes favoritos se enamoran, la novela de Yeskov es un recordatorio de lo peligrosas que logran ser, a veces, las fantasías que añoran por un estilo de vida más simple donde todos son felices cuando vuelve el rey.
(La novela, en inglés, se puede bajar aquí: http://goo.gl/7LwUE)
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