El estudiante de arte Andrzej Sobiepan, de Polonia, no estaba dispuesto a esperar décadas para que sus piezas llegasen a prestigiosas galerías. Por eso, apresurado por hacer su debut, decidió tomar cartas en el asunto y, a fines del pasado diciembre, escabulló una de sus obras en el Museo Nacional, en Wroclaw. Sin que nadie lo notase, el muchacho colgó una de sus pinturas. Y allí estuvo, durante tres días. Aunque el gesto de irreverencia puso de manifiesto un problema de seguridad en la institución, el director del museo, Mariusz Hermansdorfer, prefirió ver el vaso medio lleno y dijo que el hecho fue “un suceso artístico lleno de ingenio”.

“Decidí que no esperaría 30 o 40 años para ver mis pinturas exhibidas en un lugar como éste”, explicó Sobiepan al canal local TVN24 y agregó que quería sacar provecho del “aquí y ahora”, siendo el aquí la sala dedicada al arte polaco contemporáneo y el ahora, el mes de diciembre. Ahora, mientras el estudiante de la Academia de Bellas Artes de Breslavia da notas pidiendo más espacio para los jóvenes artistas y expresando que su fuente de inspiración es el escurridizo graffitero Banksy, Hermansdorfer hace lo propio, declarando que está orgulloso de que las nuevas generaciones quieran exponer obra.

¿Qué ocurrió con la petite pieza de fondo blanco, con una pequeña hoja de acacia marchita pintada en una esquina? Pues, fue descolgada pero permanece en el recinto: solo que —ahora— está en la cafetería del museo, a la espera de ser rematada.