En una ecuación moderna, ¿qué se necesita para atrapar a un ladrón hoy día? Pues la respuesta parece ser la suma de dos partes: una computadora y un niño de ocho años. Así ocurrió en la ciudad de Manchester, en Tennessee, Estados Unidos, donde el purrete Landon Crabtree –estudiante de tercer grado– descargó una aplicación de rastreo para encontrar un iPad y otras posesiones que habían sido robadas de la casa de sus padres. Después de activar el programa, el niño hizo uso de sus habilidades 2.0 y descubrió que los objetos sustraídos estaban en un hotel de la zona; avisó a su padre sobre el hallazgo y lo instó a que llamara a la policía.

Así se hizo y, en menos de una hora, policías de la oficina del sheriff de Coffee County llamaron al pequeño detective para agradecerle el dato y comentarle que habían capturado al sospechoso. “Nadie se mete con mi familia”, dijo entonces Landon, que está un paso más cerca de cumplir su sueño: cuando crezca, quiere ser agente del FBI. “Todos los oficiales estrecharon su mano y le preguntaron cómo lo hizo. Nunca hubiera pensado que mi hijo de 8 años pudiera descargar algo así y descubrir dónde estaban nuestras cosas”, expresó un patidifuso Richard Crabtree, padre del nene.

Según informaron fuentes oficiales, el ladrón se llama John Docherty, era un fugitivo de la Justicia y se hospedaba a cuatro millas, en el Ambassador Inn Motel, donde guardaba más objetos robados que los del niñato: de la requisa, se incautaron armas, cámaras, joyas y dispositivos electrónicos. Encarcelado, espera juicio y una fianza de 600 mil dólares. Bien por el pequeño Sherlock.