“Himen artificial: $ 29,95. Su dignidad: No tiene precio. Usted elija qué conservar”, parodia el Huffington Post a la hora de informar acerca del Kit de Himen Artificial, un producto inexplicable que, disponible para venta internacional desde la firma HymenShop.com, promete “restaurar la virginidad en cinco minutos”. Así, por una módica suma y en una módica cantidad de tiempo, las mujeres pueden comprar un paquete que incluye una membrana fabricada en Hong Kong y sangre falsa. Para ser usada (en secreto) durante el sexo, claro.

“Cásese en confianza; nosotros guardamos su secreto”, propone la web que ofrece envío gratuito a todo el mundo, precios baratos y confidencialidad. “Haga que su primera vez vuelva en cualquier momento”, arenga. “Sin agujas ni operaciones costosas”, ofrece. Y promueve un producto que se distribuye en paquetas cajas de madera, con dos membranas selladas al vacío y reposadas sobre satén rosa. Para los que quieran duplicar la apuesta y usar el servicio en más de una oportunidad.

Inventado en los ‘90 por un kinesiólogo japonés, en países donde la virginidad es –literalmente– una cuestión de vida o muerte, el kit es bien controvertido. De hecho, legisladores egipcios trataron de restringir su acceso en 2009 después de que un blogger importara el producto desde China. Sus distribuidores, sin embargo, dicen que uno de los mercados más fértiles a la hora de las ventas es el mundillo fetiche, la pornografía y la industria del sexo. Los grandes pedidos de HymenShop.com, sin ir más lejos, llegan desde Estados Unidos.

Sin embargo, la revista New York Magazine propone pensarlo dos veces. Por amor a la ciencia, una periodista de la publicación decidió probar el kit con su novio y, durante días, tuvo que luchar con pintura color cereza. “¿Qué hay para romper? Esto se disuelve instantáneamente”, insistió la muchacha, que necesitó tres intentos para que su himen artificial “agarrara”.