Una empresa de licores alemana ha lanzado una línea de bebidas espirituosas que concreta uno de los maridajes más extraños que el alcohol ha sabido acompañar. Se trata de una edición limitada de vodka, ron y whisky que, previo a ser embotellada, es derramada sobre los pechos desnudos de glamorosas señoritas. Cada unidad cuesta entre 150 y 180 dólares, y es considerada un raro privilegio.

“Soy una persona de mente abierta y me gusta probar cosas nuevas. Soy versátil. Supongo que ésa es la razón por la que no tuve que pensar demasiado si aceptaba o no este trabajo”, ofrece Alexa Varga, una chica Playboy de Hungría que ya está entre las tres seleccionadas para participar de la “fabricación” de un producto con supuesta estampa Premium. A ella se suman Amina Malakona y Evelin Aubert, otras que no han dudado en bañarse en los licores de la firma G Spirits.

Firma que, por cierto, asegura que su whisky tiene clase e intensidad, aunque sus ideas de marketing pongan en jaque la autodefinición. De acuerdo con los fundadores y mentores de la propuesta, “no es sólo el sabor lo que te hace disfrutar completamente de una bebida. Para nosotros no hay nada más que el erotismo de una bella mujer” (sic). Sobre el proceso, su web especifica que “para crear el gusto perfecto se derramó cada gota de las bebidas espirituosas sobre los pechos de un tipo especial de mujer, un tipo que se reconoce en ese licor en particular”.

Independientemente de una lógica llena de fracturas, vale preguntarse por los requisitos de salud del Departamento de Salud Pública de la república germana porque, a priori, el concepto suena un tanto... insalubre. G Spirits, sin embargo, dice que no hay nada que temer porque presta atención a la higiene durante el proceso de llenado e, incluso, “hay personal médico presente que lo comprueba”. Más claro, tirate una botella de agua encima y embotellala usada, con una etiqueta triple X y un precio exorbitante. Sexy.