Resulta que Jackie Stallone, madre de ese cúmulo de músculos llamado Sylvester, se dedica a la predicción astral. “Ha vaticinado exitosamente todos los grandes eventos de mi vida”, destaca –con orgullo de retoño– el señor Rambo (o Rocky, a elección). Ella, que terminó el secundario a los 40 (hace medio siglo) y pasó buena parte de su vida sometiendo a su abatido rostro a cuanta cirugía hubiese a disposición, ve el futuro. Y no sólo el de humanos; por un módico precio, a los canes también les brinda el servicio. Con todo, no es ése el rasgo más peculiar de su biografía; lo más inesperado es otra de sus facetas profesionales: la Rumpología o “lectura de nalgas”.

Tal como suena, JS es una acérrima defensora y practicante de esta seudociencia (con subrayado en la palabra “seudo”) que examina hoyuelos, verrugas, lunares y pliegues de la cola para presagiar el mañana y revisitar el pasado. Aunque la señora Rambo asegura que la técnica proviene de la Antigüedad, cuando hindúes, griegos, romanos y babilonios la practicaban, artículos a diestra y siniestran concuerdan en que “no hay evidencia alguna sobre ello”. Pero la madre de Rocky no se deja amedrentar: “La raya que separa los glúteos se corresponde con la división de los hemisferios del cerebro”, sostiene. Y como otros expertos en rumpología (sí, hay más: el alemán Ulf Beck y el británico Sam Amos, entre ellos), afirma que mirando el cachete derecho, adelanta lo que vendrá; mirando el izquierdo, sabe lo que pasó.

Por suerte, el examen de mano en cola no es necesario. De allí que, quien quiera un chequeo completo y a distancia, sólo necesita juntar 600 billetes verdes, sacarse una foto y sacudir cualquier resto de timidez o sentido común. Ojo, hay otros valores: por la mitad del precio, una sola nalguita... ¿Buenísimo?