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Domingo, 15 de junio de 2014

VALE DECIR

NO ES VINCENT VAN COCK, PERO...

Tim Patch es un artista australiano que le pone el cuerpo a su obra como ninguno. Literalmente. “Unico en pintar con su pene”, advierte y publicita el sitio del varón que, en la última década, ha cosechado su buena –y excéntrica– famita por la peculiaridad de su técnica. Técnica que, en resumidas cuentas, reemplaza el pincel por sus partes pudendas para arribar a variopintos retratos. El seudónimo, de hecho, lo dice todo; porque aun cuando el cubismo no es lo suyo, Tim ha sido bautizado “Pricasso”, amén de la originalidad y el parafraseo. Así, con 65 años y ni una pisca de pudor (ni ropa, en tanto garabatea desnudo), el hombre no sólo ha perfeccionado un estilo y un tiempo (promete cuadros en 20 minutos o menos) sino un negocio que lo tiene girando en convenciones pornográficas, fiestas privadas, discotecas, despedidas de solteras, etcétera.

“A veces me siento una estrella porno”, ofreció recientemente el señor que hace cuadros a pedido por montos más que razonables (desde 200 dólares) y adjunta, con cada venta, un video donde deja asentado el proceso creativo. Película que, dicho sea paso, admite tres opciones; acorde a la web oficial: “Con tomas elegantes que no muestran el pene; con primeros planos al órgano y la cola desde todos los ángulos, o, el último, con el pene erecto, para shockear a tus amigos”. Con todo, el artista de 65 años con sede en Gold Coast, Queensland, advierte que suele pintar con el miembro flácido, “porque es más cómodo para maniobrar”. Advierte, además, que su talento lo ha llevado a viajar por todo el mundo (Estados Unidos, México, Brasil, Europa y China, por ejemplo) y que nadie debe preocuparse por su... “salud”. La pintura que usa, después de todo, es de base acuosa y no tóxica.

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