PáGINA 3
Dibujos en el Río
Por Jorge Velarde Ferrari
I
El 21 de marzo de 1998, a bordo de mi velero “Don Fierro”, navegamos hacia las orillas de la ESMA para luego virar rumbo al horizonte. En una zona del río, llamada Playa Honda, determiné que nuestro camino en el agua marcaba un trazo imaginario. Orienté el barco para completar el dibujo de un signo de equis. Cada segmento tuvo unas 7 millas náuticas de extensión. En el punto central del signo nos detuvimos para arrojar 22 rosas rojas, una por cada año desde 1976. La huella efímera del barco en el agua quedó registrada en un dibujo trazado sobre la carta náutica. Concluido el dibujo, nada podía verse en la textura de las olas. La modificación del lugar sólo existió en mi interioridad y en los que me acompañaron. Navegaron conmigo Luis mi hermano, fotógrafo, curtido navegante y Fernando Gutiérrez (integrante de Todos tus Muertos). La obra puede ser entendida como “arte de acción” o arte en la naturaleza, pero prefiero llamarla simplemente trazos de un signo o dibujos en el agua. Como pintor y dibujante utilicé la superficie del río como soporte de una obra que fui e iré realizando en el tiempo, hasta llegar al mar.
II
Participé en la militancia de los ‘70, residí como exiliado político en España entre 1976 y 1983, años que fueron decisivos para consolidar mi identidad latinoamericana. De regreso al país, el que fuera el territorio de los mejores recuerdos de mi infancia tuvo una nueva significación para mí, a partir de saber de las metodologías de exterminio de prisioneros políticos durante el terrorismo de Estado. Comencé a elaborar la idea de realizar un dibujo en la superficie del río como reconstrucción simbólica de los lugares donde impactaron los cuerpos arrojados desde el aire. Elegí el signo equis por sus significados de marca, de encrucijada, su utilidad para determinar un punto. Imaginé la tarea burocrática de los verdugos marcando con una X en sus planillas a quienes serían “trasladados”. El signo me liberaba de la cuestión estilística o de la búsqueda de una originalidad formal. La idea fue la no modificación permanente del lugar, la carencia como obra de un cuerpo material, una obra desaparecida que sólo tuviera como registro un relato posterior, su recuerdo en una carta náutica y su posible reconstrucción. En el agua no hay huellas de nuestro camino, sólo marcas puestas como referencias cuando utilizamos los mapas de navegación. En ellos se trazan los rumbos a seguir y el camino realizado. Con el tiempo los trazos configuran una trama abstracta. La no modificación del lugar significa admitir el triunfo final de la Naturaleza y la aceptación de mi finitud biológica. La documentación expresa la voluntad de recordar, dar alguna visibilidad a lo no visto, su transmisión en el tiempo.
III
Surgió la voluntad de realizar un trazo con varias embarcaciones frente a orillas de la ESMA, partiendo del Puerto de Olivos. Encontré en Marcos Lolhe, Silvia Lizaso, Rufina Gastón, Cristina Aldini, Federico Merca y otros compañeros y compañeras, el apoyo y la comprensión necesaria para organizarlo. Rodolfo Grimberg, periodista, cubrió el evento y cedió el material grabado para compaginar un video, que llamamos Homenaje y dirigió Fito Keller. Allí estuvo Leonardo Bruno, otra vez con su cámara. Se concretó el 21 de marzo del 2000. Desde el velero “Don Fierro”, Federico Merca, nacido en la ESMA y cuyo padre está desaparecido, dirigió la confluencia de los barcos desde los cuatro puntos cardinales. Al año siguiente la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Zona Norte planificó un nuevo homenaje que fue impedido por una fuerte y prolongada sudestada. En abril navegué en solitario y realicé un trazo frente a Punta Lara. La idea es realizar nuevos signos hasta llegar al mar.
IV A comienzos del 2003, el Prof. Patricio Lóizaga me hizo una nota en la revista Cultura. La primera sobre mi trabajo como artista en la Argentina y sobre los dibujos en el río en un medio gráfico especializado.
La muestra en el Palais de Glace, coincidente con los 20 años de democracia en nuestro país es un homenaje a aquellos que no están y con quienes compartí un proyecto de país y a quienes fueron y son los que continúan la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Es una lucha que definirá siempre con claridad el anhelo de una democracia en su sentido más profundo, extenso y justo. Los dibujos en el agua, su recuerdo en el video-documento y los mapas del río, las pinturas y las huellas marcadas expresan mi actitud y uso del acto de representar confluyendo en una idea-imagen. En el conjunto están presentes distintos modos: la escenificación en un lugar de Arte, los signos, lo realizado en el espacio natural como lugar donde las cosas fluyen y transcurre la vida y ocurre el morir. La identidad de protagonistas y la des-identidad en la multiplicación de un signo humano genérico. La lejanía de la mirada desde las alturas representada en el mapa del río y el video como testimonio documental de un relato.
V
El pintor japonés Hokusai, ante la vista de su pueblo, untó las patas de un gallo en pintura roja y lo dejó caminar sobre una tela azul extendida en el suelo. Alzando luego la tela dijo: “Hojas de otoño sobre el río”.
Caminando, en rondas, marchas y recorridos incansables, Madres, Abuelas, Hijos, Familiares, amigos y militantes enfrentaron la impunidad y fueron protagonistas centrales en la recuperación de la democracia. Desde hace años, cerca de los 24 de marzo, pegados en los muros de San Fernando, aparecen los afiches de siluetas del grupo Germán Abdala, quienes integran también el comedor infantil Mario Bornio. Memoria y solidaridad en el presente es lo que reúne a estos compañeros que invité a integrar la muestra.
En mi obra hay referencia a historias de amor, en las cuales el morir forma parte y señala el sentido profundo de las motivaciones subjetivas que animaban a aquellos que evocamos. Era y es el amor la energía que animó y anima a los que luchan por una realidad mejor. Como recuerdo, vale lo que hemos amado, como presente, lo que amamos y soñamos.
La muestra Dibujos en el río. Homenaje a los desaparecidos puede verse hasta hoy a la noche en el Palais de Glace (Posadas 1725).