Dom 05.06.2016
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LUZBELITO

Se cumplen 40 años del estreno del clásico del terror La profecía y, para conmemorar el aniversario, la cadena A&E lanzó la serie Damien, la historia del hijo de Satanás cuando todavía es un joven que se resiste a hacerse cargo de su destino. La serie, que usa secuencias de la película original como flashbacks, no termina de funcionar. Pero se inscribe en dos tendencias que dan resultados dispares: la fuerte presencia del horror en televisión –tras los pasos de la imbatible The Walking Dead– y las series basadas en películas con joyas como Fargo o Hannibal.

› Por Ariel Alvarez

El 25 de junio de 1976, cuando se estrenó La profecía, nació el Anticristo. Hace 40 años la película dirigida por Richard Donner aterró al mundo entero y se convirtió en un clásico que marcó a varias generaciones. Fue, además, un inmenso éxito de taquilla que imprimió en la cultura popular un número: el 666, la señal de La Bestia. Y por sobre todo la inocencia de un niño de seis años se iba a convertir en algo siniestro (la mirada de ese chico le quitó el sueño a más de uno). Para celebrar el aniversario de una de las películas de terror más famosas de todos los tiempos, la cadena A&E lanzó la serie Damien, cuyo primer capítulo salió al aire para Latinoamérica el domingo pasado. Dice el refrán que lo que importa es la intención, más que el regalo. Una afirmación que no siempre es del todo cierta.

Sin dudas La profecía es una de las películas de terror más canónicas. Cuando se estrenó, en la década del 70, las películas sobre el demonio dominaban la pantalla grande: El bebé de Rosemary, dirigida por Roman Polanski en 1968 y el descomunal éxito que fue en 1973 El Exorcista de William Friedkin sobrepasaban el terror del tipo religioso y se convertían en referentes indiscutibles del género hasta nuestros días. Después de aquellos sucesos todas las productoras cinematográficas querían tener su película “diabólica”.

The Omen (La profecía en inglés) fue un esfuerzo conjunto entre el productor Harvey Bernhard y el guionista David Seltzer. Fox contrató a Richard Donner para dirigirla, un realizador que venía del mundo de la televisión. La película contó con una tremenda campaña publicitaria y la ayudó el escándalo: el Vaticano envió un comunicado oficial diciendo que se oponía a su realización, alegando que se hacía únicamente “con fines consumistas y económicos”.

La trama es conocida: Robert Thorn (un dignísimo Gregory Peck), es el embajador de los EE.UU. en Inglaterra. La noche en que su esposa (Lee Remick) da a luz a su hijo muerto, decide engañarla y adoptar a un niño, cuya madre murió en el parto. Cuando Damien, el adoptado (interpretado por Harvey Stephens), tiene cinco años, empiezan a acontecer incidentes espantosos que rodean a la familia (su niñera se ahorca en su fiesta de cumpleaños, un misterioso perro rottweiler lo persigue, los monos en el zoológico le temen, etc). Pronto un extraño sacerdote, el Padre Brennan (Patrick Troughton) se presenta para advertirle que su hijo no es otro que el Anticristo. Y aquí comienzan las dudas de Thorn y sus intentos por desentrañar el misterio que ronda a su hijo. Las características de thriller psicológico que tiene La profecía desencajaban a la gente: la Guerra Fría (y su amenaza de destrucción masiva) en la década de los 70 hacían del Apocalipsis algo posible. Esa idea de una fuerza demoníaca invisible e imparable que asolaba a los protagonistas, fue un elemento clave y Donner supo aprovechar ese miedo producto de la paranoia.

Para celebrar los 30 años del estreno de la original, se filmó una fallida remake dirigida por John Moore en 2006 y protagonizada por Mia Farrow. Y por el mismo (fallido) camino llegamos al 40 aniversario. La cadena A&E lanzó la serie Damien, en donde el ya adulto DamienThorn, es un fotógrafo de guerra que se niega a aceptar su destino de convertirse en el Anticristo. La serie producida por Glen Mazzara (The Walking Dead) presenta escenas de la película original, a modo de flashbacks del protagonista que comienza a recordar su pasado: “Lo que hace a Damien original es que estamos usando escenas como imágenes que surgen del subconsciente de nuestro héroe. La idea de estar tan estrechamente ligados a una película clásica es algo que realmente no se ha hecho nunca”, afirmó Mazzara. Pero el resultado final no logra ser un producto interesante.

Damien forma parte de ese terreno (bastante desparejo en términos de calidad) en el cual las películas o personajes exitosos son llevados a la televisión en formato de serie. Esta es una práctica común de la industria televisiva, pero en los últimos años parece haberse convertido en un recurso central: Scream (que va por la mitad de su segunda temporada), 12 Monos (2015), Bates Motel (basada en Psicosis, con cuatro temporadas), por citar algunas. Hay gratas sorpresas como Hannibal (2013) con el danés Mads Mikkelsen, perfecto como el caníbal Hannibal Lecter o la sorpresivamente excelente Fargo (2014) basada en la película de los hermanos Coen, con Billy Bob Thornton en su primera temporada y Kirsten Dunst en la segunda. Y otras son fracasos rotundos como Minority Report, basada en la película de Steven Spielberg, que sólo duró una temporada. El mismo destino que parece ser el de Damien: la primera temporada de esta serie se terminó de emitir en EE.UU el mes pasado y son fuertes los rumores de punto final.

Y es que los problemas son muchos en Damien, empezando por su protagonista Bradley James (conocido por su trabajo en Homeland y Merlin). A este chico el papel le queda grande: el dilema de su identidad, que es el motor dramático de la serie, está muy poco logrado: no cualquiera puede encarnar al hijo del Diablo. Saltos abruptos en el guión hacen que algunos personajes se den cuenta demasiado rápido de quién es en realidad Damien y se lo toman con una naturalidad asombrosa. Y el “abuso” de los perros rottweiler (en casi todas las muertes interviene por lo menos uno) es algo que roza el ridículo. La actuación de la siempre notable reina del terror Barbara Hershey (El ente, Insidious), como una fiel acólita de Satán, es la que salva a esta serie.

Pese a que los números no acompañaron a Damien, la cadena A&E, parece decidida a arriesgarse de nuevo con el tema de las remakes y ya anunció que está produciendo para el año que viene la versión televisiva de Let The Right One In, la película de vampiros niños sueca dirigida en 2008 por Tomas Alfredson (que también tiene su remake hecha en EE.UU). Y esto sí que es un gran riesgo: se trata de adaptar una de las obras cinematográficas del género más delicadas, estéticas y a la vez brutales de los últimos años. Si sale bien, puede ser el gran regreso de los vampiros a la televisión, personajes alicaídos desde la redundancia de The Vampire Diaries, el gore repetitivo de The Strain de Guillermo del Toro y la cancelación de los hipersexuados seres de la noche de True Blood. Si sale mal, será otra decepción que quizá pase desapercibida entre tanta prueba y error.

Damien va los domingos a las 22 por A&E

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