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Domingo, 17 de octubre de 2004

Hollywood en japonés

En Perdidos en Tokio, la estrella de cine que interpreta Bill Murray viaja a Japón para filmar una vergonzosa publicidad de whisky. Pero no es el único. De hecho, es larga la lista de estrellas que filman en Oriente avisos que esconden de su público occidental.

Como si no les alcanzara con los millones de dólares que todo el mundo sabe que facturan por película, una vez cada tanto las superestrellas de Hollywood se toman un avión a Tokio, donde pasan un par de días abocados a poner la trucha en el comercial de alguna bebida alcohólica, una marca de café o una 4x4. Para quienes no conocían este currito –que les ha reportado pingües ganancias a jetones de la talla de Antonio Banderas, el matrimonio Beckham, Brad Pitt, Mel Gibson, Richard Gere, John Travolta, Arnold Schwarzenegger, Paul Newman, Bruce Willis, Catherine Zeta Jones, y siguen las firmas–, ahí está Perdidos en Tokio, la gran película de Sofia Coppola contando más o menos de qué va la cosa; ahí está Bill Murray poniéndole el cuerpo a Bob Harris, superstar consagradísimo y mortalmente aburrido de su vida que es contratado por el whisky Suntory para su campaña gráfica y televisiva. Se dice que esto funciona en base al cholulismo desaforado del público japonés y que los términos en los que se lleva a cabo el asunto son por demás convenientes para sus protagonistas, que se hacen de un cheque notable entregándose brevemente a un laburo que sí, es bastante mercenario, pero que en general no está destinado al público occidental, que es en definitiva el que les importa. Con lo que muchos tal vez no cuenten es con que existe un sitio web que se dedica a compilar estas perlas cultivadas de unos cuantos segundos de duración y los pone a disposición de cualquiera que tenga una PC con conexión a Internet y más o menos equipada para ver videítos. La página es www.japander.com: un juego de palabras entre “jap” y “pander” (que vendría a ser “juego de amores clandestinos, alcahuete, aquel que administra designios malignos”). Según se instruye en el site mismo, su nombre significa: “1) estrella occidental que usa su nombre o fama para hacer grandes cantidades de dinero en corto tiempo publicitando en Japón productos que ellos probablemente jamás usarían y 2) ponerse en ridículo en los medios japoneses”. Además de los actores y actrices antes mencionados, ofrece los talentos histriónicos de varios directores (Spike Lee, George Lucas), cantantes (David Bowie, Britney Spears, Madonna, ¡Sheena Easton!), actores shakespereanos (Anthony Hopkins), los mercenarios de siempre (Charlie Sheen, Christopher Lambert, Mickey Rourke) y hasta personajes dibujados y muñecos varios (Los Simpsons, Wallace & Gromit, Los Thunderbirds, Sylvester Stallone, Jean Claude Van Damme). Algunos le han puesto al encargo, evidentemente, más onda que otros. A continuación, un seleccionado de notables.

David Bowie
El Duque Blanco recorre la casa y se encuentra consigo mismo en distintos momentos de su vida. Ahí, en la cocina, por ejemplo, está Ziggy Stardust, marciano y pelirrojo. Toma de la heladera una botella de agua Vittel, se la mete en el bolsillo de su saco y sale a la calle, sonriendo cómplice para sus fans japoneses, que lo miran por tv.

Sean Connery
Díganme “Sir”: Connery fue la cara de varios avisos, desde mucho antes de ser distinguido por la reina de Inglaterra. En uno de ellos realizado a principios de los ‘80 para una marca de yogur, comparte cartel con una marioneta. Ya en los ‘90, explota el gesto maduro y canchero que lo identifica, mientras agita (pero no revuelve) un vaso de auténtico whisky Suntory. Versátil como pocos, también supo vender un jamón y una marca de neumáticos.

Richard Gere
Mucho, mucho antes de engolar la voz en Chicago, el galán del cabello plateado entona “No woman no cry” con ganas, guitarra, micrófono y chicas caribeñas de acompañamiento, todo para promocionar una marca de café.

Spike Lee
El cineasta negro que filma siempre con un puño en alto parodia el gesto de arenga política que lo caracteriza para vender automóviles. En un aviso de principios de los ‘90 le habla al público a través de carteles –como Bob Dylan– que dicen, en japonés, “ojo con la esposa que no hace suficiente shopping” y maneja un Mazda adentro de un aeropuerto enorme.

Madonna
La chica material más material que nunca se viste de guerrera oriental, empuña su sable y le hace frente a un espectro maléfico que procede desde el tormentoso cielo. Pasada la tormenta, triunfante, con calma oriental, la rubia dice “Soy pura”. En otro aviso de la misma serie combate a un dragón dorado. Financia la aventura la marca Shochu, una bebida a base de arroz.

Sylvester Stallone
Elegante como nunca, toca el violín y se sienta a disfrutar del mejor jamón (el jamón marca Ito) en una mesa al calor del hogar encendido. Se entretiene con algo de conversación y silba “Love”, de Nat King Cole. Cualquier semejanza con los héroes embutidos de Rocky o Rambo es puro desatino.

Andy Warhol
Plenamente conectado al espíritu de su protagonista, un aviso de los ‘80 para TDK encuentra al creador de las latas de sopa Campbells tieso, inexpresivo, de polera negra, sosteniendo una pantalla de tv en la que sólo se ve una señal de ajuste, mientras pronuncia en tono monocorde algunas palabras en japonés. Luego abre los ojos y se escucha, en inglés con acento nipón TDK, VIDEOTAPE. ¿Demasiado conceptual, acaso?

Jodie Foster
En japander.com se puede ver a la selectiva actriz de La habitación del pánico, publicitando sin asco los cosméticos de Keri, un caffe latte y el café helado de Mt. Rainier.

Ringo Starr
De camisa blanca y anteojos oscuros, promociona un jugo de manzana en lata: ocurre que “ringo” significa, justamente, “manzana” en japonés.

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