Domingo, 12 de junio de 2005 | Hoy
FAN > UN FOTóGRAFO ELIGE SU FOTO FAVORITA: UNA IMAGEN DE LA SERIE SIL-LEPSIS DE MANEL ESCLUSA POR MARCELO BRODSKY
Si la fotografía expresa un modo de ver el mundo, el de Manel Esclusa es un universo noctámbulo, que busca en la noche una luz reveladora y compone con ella un juego enigmático. Esta imagen es una suerte de autorretrato vampírico en tránsito marítimo a punto de comenzar.
De pie frente a la cámara, mirando a su yo oscuro y sugerente, con el cuello levantado y las líneas del cuerpo delimitadas con precisión, Manel se muestra aquí sincero y desafiante. El puerto de Barcelona, uno de sus lugares de referencia, aparece también, silueteado en las chimeneas en fuga de un buque a punto de zarpar. A un mar conocido e igual imprevisible. Al Mare Nostrum, a las islas, pedazos dispersos de su Cataluña ancestral.
Si toda fotografía es un diálogo con la realidad, el fotógrafo la enfrenta en clave subjetiva, poética. Se pregunta quién es, y contesta de noche. No hay detalles en su rostro, persiste el enigma. No tiene respuestas, ni en la cámara, ni en el puerto, ni en él. Pero arriesga y dispara, obsesivamente de noche persigue una identidad que se escapa, cámara en mano, duda en mano, decisión y disparo.
La nave contribuye con líneas paralelas y oblicuas que traspasan el cuerpo y le dan asidero. La composición es casi simétrica, pero no del todo. Hay detalles que cambian a ambos lados del eje, una corona de metal no laurel flota sobre la testa, las líneas convergentes del barco se convierten en alas e impulsan la silueta hacia el cielo oscuro.
La obsesión por la noche se mantiene en toda la obra de Manel, y se sintetiza en esta imagen. Está lo dicho, lo que se ve, las líneas. Lo sugerido, Barcelona, hacia delante, recostada en ese mismo mar, tranquila antes de la invasión, en 1980.
Está lo oculto, lo no dicho, lo que no se ve: los rasgos del rostro, las manos, los ojos: un retrato sin ojos no es un retrato vacío. Pero la falta de detalles no implica que no haya relieve, matices o sutileza en la figura autorretratada. Cada línea es elegida y constituye una afirmación de identidad, cada negro lo es pleno de profundidad y contundencia.
El barco no lo lleva: un momento; aún no ha zarpado. Lo tira en realidad hacia nosotros, hacia tierra, hacia adentro. Lo mantiene en un límite impreciso, entre el mar y la tierra, la luz y la noche, la realidad y la poesía.
Sil-lepsis, hablando juntos, es el nombre de la serie de la que forma parte esta imagen. Manel la estaba fotografiando mientras me formaba con él como fotógrafo en Barcelona, en el exilio, e integra uno de los ejes sobre los que se construyó mi cultura visual, un complejo entramado de luces relativas y de negros con los que he aprendido a ver el mundo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.