Domingo, 10 de junio de 2007 | Hoy
NOTA DE TAPA 2 > ALICE COOPER, OTRA VEZ EN BUENOS AIRES
Forjó la leyenda de matar pollos antes que Kiss. Tuvo nombre de mujer antes que Marilyn Manson. Sus discos más emblemáticos (Killer, 1971 y School’s Out, 1972) fueron el punto de largada para el rock de estadio de los años ’70. Sus shows en escena encarnaron todo eso que llevó a los padres a considerar al rock como la banda de sonido de la perdición de sus hijos. Atravesó el infierno del alcohol y las drogas y ahora abraza su peor vicio: el golf. A punto de presentarse por segunda vez en Buenos Aires, Alice Cooper no ha perdido ninguna de sus mañas. Y ganó algunas.
Por Alfredo García
Salvo la guitarra eléctrica, mover la pelvis y dejarse el pelo largo, casi todo lo que hoy es considerado ordinario en la imagen y conceptos identificatorios de cada tipo de estilo de rock fue inventado por Alice Cooper.
Como ya no quedaba casi nada por inventar, Alice ahora se adjudicó un nuevo truco: ¡la adicción al golf! Justo antes de su tercera visita a la Argentina, Cooper publicó su extraña autobiografía Golf Monster, en la que asegura que de todas las adicciones que tuvo en su vida, la más dura, implacable e imposible de remontar es este deporte no precisamente extremo. “Cuando uno tiene dinero y un trabajo como el mío, en el que de golpe estás grabando un disco o viajando de un lado para el otro en una gira, de golpe también te encontrás con que hay largos momentos en los que en el medio de toda esa actividad no tenés nada que hacer, y pasás de un extremo de stress a uno de inactividad. No hay nada peor que ese exceso repentino de tiempo libre para una personalidad adictiva como la mía.”
Todos recuerdan cuando un diario especializado en música pop de Inglaterra publicó una crítica de un nuevo disco de Alice con el formato irónico de un obituario. Muchos fans del cantante no entendieron el chiste, y de golpe todos hablaban de la muerte del rocker satánico. Hasta que de golpe apareció el autor de “No Mr. Nice Guy” en todos los medios para calmar a sus seguidores explicando: “Estoy vivo, ¡y totalmente borracho como siempre!”.
En su libro por momentos de autoayuda y deporte matizado con sexo, drogas y rock & roll, más docenas de anécdotas de gente como Lennon, Peter Sellers, Groucho Marx, Jack Nicholson y Keith Moon, Alice, un yonqui que ahora no para de caminar horas y horas detrás de la blanca pelota, afirma que en cuanto a poder adictivo, el golf es igual o peor que la heroína, el alcohol o la cocaína, pero con dos grandes e importantes diferencias. “Las drogas como la heroína o el whisky terminan llevándote a una vida diaria espantosamente aburrida. No hacés otra cosa que drogarte o beber, y el aburrimiento al final es más terrible que los obvios males que ese tipo de abuso le hace a tu salud. Yo antes me tomaba una botella de whisky por día, todos los días, y si no encontraba algo más fuerte, no iba a vivir mucho más. De golpe apareció el golf, que por el tipo de juego te lleva a levantarte temprano a la mañana y a caminar seis horas seguidas de hoyo en hoyo en medio de un hermoso parque. Y de pronto me di cuenta de que luego del recreo para almorzar, volvía a tener ganas de jugar al golf y caminaba seis horas más. Mi adicción al golf se equilibra perfectamente con mi adicción a la música.”
Igual que casi todo libro sobre rock, no hay noticias de que Alice Cooper: Golf Monster vaya a traducirse al castellano, por lo que tal vez sea oportuno concentrarse en su nueva gira The Psycho-Drama Tour que lo llevará por 22 fechas confirmadas, empezando hoy domingo en Curitiba, Brasil, y que cuatro días más tarde, exactamente el próximo jueves 14, lo traerá al clásico de la calle Corrientes, el bueno y viejo cine Gran Rex.
Entendiendo que la idea de teatralizar el rock ya a partir del personaje ficticio Alice Cooper (“Alice no soy yo: es mi estrella de rock favorita”), y que cada uno de sus tours clásicos acompañaba con truculentos efectos propios de Gran Guiñol (guillotinas, serpientes en el cuello, baños de sangre, chalecos de fuerza, y hasta el mismísimo Vincent Price para recitar los poemas macabros de “Welcome To My Nightmare”, idea que lució menos original al ser calcada por Michael Jackson en “Thriller”), el gran misterio que tiene en vilo a medios especializados y rockers de todo el planeta es qué numeritos puede incluir un show denominado The Psycho-Drama Tour, que tal vez tiene el Psycho por la ambiciosa obra conceptual sobre un serial killer Along Comes a Spider y el Drama por el hecho de que hace ya demasiado tiempo que el proyecto se demora por una u otra causa, al punto de que su lanzamiento no pueda corresponder con la gira que nos lo trae a Buenos Aires justo para que estemos entre los primeros en develar qué nuevos terrores ha preparado el hijo de un pastor cristiano que, creyendo que era un pájaro volador, tiró un pollo desde el escenario hacia arriba, notando que en vez de volar cual paloma de la paz, caía pesadamente en medio de la horda rockera que lo despedazó en segundos: “El pollo lo trajo un tipo que estaba adelante de todo... qué freak, es como decir, Voy a un show de rock, a ver si tengo todas mis cosas, los cigarrillos, la botella de cerveza, los porros, el pollo...”
Frank Zappa, por entonces productor de Alice, leyó lo que decían los diarios de las masacres de pollos comidos crudos y pisados sin asco por este bestia del rock, y le preguntó: “Alice, decime, ¿en serio mataste un pollo vivo?”. Alice juró que era falso, y Zappa le dijo: “Bueno, no sé qué hiciste o no, pero todo el mundo está como loco con esto, ¡les encantás como nunca!”.
En todo caso, en un sitio como el Gran Rex, nadie encontrará pollos, tal vez camisas de fuerza, o el frac blanco del disco de pesadilla donde Dwight Frye vuelve de la tumba en frac. La banda que acompaña a Alice Cooper podría incluir a toda una estrella en su propia ley, el ex baterista de Kiss y Black Sabbath Eric Singer. En una entrevista por teléfono con el periodista rumano Emil Muranic en el site transilvano Metalheads, Alice Cooper no quiso revelar secretos de esta gira mundial que se inicia hoy, y que luego de pasar por Buenos Aires apenas en menos de un mes ya aterrizará en Bucarest. “Alice Cooper no existe en escena sin el maquillaje, sin las puestas teatrales y los aparatos de tortura y chistes de humor negro. Quédense tranquilos, cada gira está diseñada para que el show en Rumania sea igual que uno en Latinoamérica o Detroit. Cuando alguien paga una entrada para un concierto de Alice Cooper, ¡sabe que va a recibir todo lo que se espera de un show de Alice Cooper!”.
Raro, pero en toda su carrera, Alice Cooper nunca llevó su rock sangriento a la tierra de los vampiros, Rumania. Y al igual que Boris Karloff, nuestro Monstruo del Rock/Golf nunca aceptó actuar con monstruos de segunda (o, parafraseando a Mike Myers, indignos). Curiosamente el próximo 10 de julio en Bucarest, Rumania, Alice Cooper no sólo se presentará en la tierra del empalador Vlad Tepes, sino que coincidirá con el mito menor (salvo en MTV) Marilyn Manson (“¡Qué original!”, dijo Alice Cooper hace tiempo. “¡Es un chico y tiene nombre de mujer, y es medio como malo. ¡Nunca visto!”). Alice siempre incluye alguna canción con las bandas que comparten el escenario una misma noche (como Cheap Trick o Mötorhead) “porque son gente que conozco de toda la vida”. Esta vez, habló también sobre este poco equilibrado match Alice contra Marilyn: “Bueno, conozco a todos sus músicos, y son súper cool. Pero a él nunca me lo crucé en tantos años. Finalmente, más allá de la obvia inspiración, Marilyn Manson es él, Marilyn Manson. La actitud es lo que más importa en un músico de rock, porque la verdad es que ya no quedan muchos riffs de guitarra por inventar, pero con la imagen siempre podés imaginar algo nuevo: excepto que en vez de inventar una nueva estrella de rock decidas ser sólo una copia de tu músico favorito. Mi estrella de rock favorita siempre fue mi creación, Alice Cooper”.
¿A quién le damos a cuidar los huerfanitos pobres y chicos de la calle: al padre Grassi o a Alice Cooper? El asunto es que Alice hace muchas obras de beneficio, generalmente destinadas a chicos pobres o con problemas de conducta. Justamente en éstos, y durante las próximas semanas, se puede ver en makeawish.com una subasta donde el premio es jugar al golf durante una tarde con Alice Cooper y luego ir a cenar con el astro en su restaurante, CooperTown. Hasta el momento, la apuesta más alta es de 1800 dólares, lo que no incluye medios de transporte ni alojamiento, ni tampoco una seguridad sobre la fecha del evento, que depende de la disponibilidad, agenda y humor de Alice Cooper, que tiene obligaciones sociales del tipo de asistir al torneo personal de Michael Douglas. Además, Alice tiene su programa de radio, que cuando no está de gira le ocupa cinco horas cinco días a la semana. Hace unos días Alice entrevistó a Ozzy: por algún motivo, la charla entre Cooper y Osbourne que está en el site Nights with Alice Cooper no se entiende casi nada, porque cada dos palabras hay una que está tapada por un “beep”.
Una mariposa en la noche, una de las películas más censuradas del dúo Sarli/Bo, incluía originalmente una escena increíble con Vicente Rubino, marido de la Coca en la ficción, vestido de blanco para desposar a un galán de nombre “Porocho”. Casi todos los invitados eran acicaladas drag queens muy llamativas para la Argentina de 1975. Tanto como el rock duro de la banda que sirve de fondo musical permanente, casi como si fuera un clip de Alice Cooper. “Yea Yea Yea”, uno de los temas más originales del emblemático disco Killer. Venía la Triple A, y luego de las amenazas de muerte y una huelga de hambre en la Plaza de Mayo del realizador y la diva, la pareja se fue del país previo corte general de Una mariposa en la noche. Armando Bo fue el primer cineasta en utilizar música de Cooper en una banda sonora (el siguiente fue George Roy Hill en El Mundo según Garp, de 1982). Pero como la escena nunca se vio, el tema sólo aparecía unos breves segundos en el trailer. Fan de Alice Cooper desde niño, el director de Carne sobre Carne, Diego Curubeto, no podía creer qué trabajo de restauración de cortes de censura incluía un tema de Killer de Alice Cooper. De hecho, no se sabe qué podría opinar el mismo Alice sobre esta sorpresa que une a dos leyendas vivientes aún capaces de conmover a este mundo que iría sin pausa para atrás si no fuera por la vigencia de este tipo de monstruos.
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