Domingo, 22 de julio de 2007 | Hoy
DVD > PROPUESTA DE MUERTE, EL WESTERN CON GUIóN DE NICK CAVE
Con guión de Nick Cave, un elenco notable y una fotografía realista hasta lo irreal, The Proposition es un western único: ni americano, ni italiano, muestra la vida y la muerte de los bandidos australianos, en un desierto bañado de sangre al que nadie nunca quiso conquistar.
Por Mariana Enriquez
Nick Cave siempre escribió sobre violencia, amor y locura, pero se ocupó poco y nada de su tierra natal, Australia. Y eso a pesar de que el país tenía para ofrecerle cantidad de folklore brutal e historia maldita: los primeros habitantes de la isla fueron los convictos del Imperio Británico y sus carceleros; las colonias penales fueron los primeros asentamientos; los aborígenes fueron los prontamente masacrados; los presos que lograban escapar de las prisiones se escondían en el bush, el enorme desierto anaranjado de casi tres millones de kilómetros cuadrados que es el corazón de Australia, y se convertían en bandidos. Cave dice que quizá nunca se ocupó de esos feroces orígenes coloniales por saturación y respeto: las historias del desierto y sus semillas se han contado mucho y bien en Australia, desde la denuncia de los crímenes contra los aborígenes del cronista John Pilger hasta los relatos de época de Henry Lawson pasando por novelas monumentales como Voss, del premio Nobel Patrick White, o biografías noveladas de los bandidos, como La verdadera historia de la pandilla Kelly de Peter Carey. En cine, en cambio, los orígenes no tuvieron tanta fortuna, salvo por excepciones como Mad Dog Morgan con Dennis Hopper.
Pero hace unos años, el director John Hillcoat se acercó a Cave con la idea de hacer un western que, sin separarse de las reglas del género, se las arreglara para contar esa historia violenta completamente australiana. Cave accedió, y escribió el guión entre las grabaciones de su disco Abbatoir Blues/The Lyre of Orpheus. “Lo hice con mucho esfuerzo, porque aunque sé que puedo contar historias, no me las arreglo bien con los diálogos. Finalmente fluyó, pero se trata de un trabajo modesto.” El proyecto estuvo parado hasta que director y guionista consiguieron el sí de Guy Pearce (Memento), según ellos único protagonista posible. Y cuando se sumaron todos los demás, un elenco de prestigiosos como Danny Houston –el hijo de John–, Emily Watson, Ray Winstone y John Hurt partieron hacia el norte, al pueblo de Winton, para rodar en pleno desierto, con jornadas de unos 45 grados (cuando estaba fresco).
La película se llama The Proposition y acaba de ser editada en dvd con el título Propuesta de muerte. El objetivo principal de Cave y Hillcoat fue no trasplantar un western a la norteamericana (o italiana), sino hacer una película que reflejara el “ser nacional”, por llamarlo de alguna manera. Y ese ser es un rompecabezas que se descompone en cada uno de los arquetipos que protagonizan la película: el capitán inglés jaquecoso y sufrido que quiere “civilizar” pero para hacerlo utiliza métodos completamente bárbaros; su esposa, una rosa inglesa que manda comprar árboles de Navidad con copos de algodón mientras afuera los caballos caen muertos de calor; el oficial colonial, despiadado e ignorante; y finalmente los descastados, la pandilla de los hermanos Burns, Charlie (Guy Pearce), Arthur (Danny Houston) y Mikey (Richard Wilson). Son “bushrangers”, los criminales que desde fines del siglo XVIII asaltaban en los caminos y los asentamientos, y que vivían en el bush desierto. La primera oleada de bandidos fueron convictos escapados de las prisiones, la segunda –de mediados del siglo XIX– fueron hijos de esos presos ya convertidos en colonos, jóvenes que querían algo más para sus vidas que trabajar en una mina o en un rectángulo de tierra: a esta generación de bandidaje pertenece Ned Kelly, y también los ficticios hermanos Burns de The Proposition. En Australia estos forajidos son tenidos en muy alta estima, héroes en un país que de cierto modo se deleita en sus orígenes fuera de la ley; pero los hermanos Burns nunca hubieran sido apreciados, de haber existido: Arthur, el mayor, es un asesino y violador aparentemente psicópata, que vive en una cueva; Charlie parece haber perdido las emociones humanas y es un jinete fantasma, desnutrido y en lucha con su conciencia; Mikey, el menor, es un adolescente quizá retrasado mental, criado entre lobos. Hay un hecho de violencia que no se cuenta en The Proposition, un hecho después del que Charlie abandona a su hermano mayor y se lleva consigo al menor. Pero la separación no dura mucho: el capitán Stanley los atrapa, y le pide a Charlie que mate a Arthur a cambio de perdonarle la vida a su hermano menor, que va preso. Esa es la proposición del título, y Charlie no duda. Sólo que matar a Arthur no resulta tan fácil.
El paisaje domina The Proposition, y se puede decir que nunca el desierto (o el outback, como lo llaman los locales) se vio así, en todo su espeluznante esplendor. Espejismos sobre la inmensidad, un cielo azul límpido hasta lo irreal, la tierra roja, los pastos secos y sobre todo las moscas, sobrevolando el vacío como burlonas mensajeras. El paisaje parece decir que para sobrevivir allí se necesitan poderes sobrehumanos, o el parentesco con la tierra. Claro que los aborígenes viven allí; es un hogar hostil, pero es su hogar. En cambio esos pálidos extranjeros forzados a vivir en un infierno sólo pueden permanecer si pierden algo: el alma, la cordura, la piedad. Los aborígenes que el capitán interroga lo hacen explícito: Arthur Burns ya no es humano, le dicen, se ha transformado en un perro salvaje que jamás duerme y siempre mira el horizonte. En este punto, está claro que Nick Cave le guiña el ojo a Joseph Conrad y El corazón de las tinieblas. Es que, cuenta el músico, en Australia nadie ha hecho la paz con la Historia. Todavía se niega, se cuestiona, se oculta. Todavía es un enorme logro y una noticia que una película incluya dos actores aborígenes (en The Proposition son David Gulpilil y Tom Lewis) y que antes de comenzar se avise que mostrará imágenes de aborígenes muertos (ver cadáveres es tabú entre los pueblos originarios de Australia). Ese pasado que no hay manera de volver heroico, que se guarda como un sucio secreto, es el motivo por el cual The Proposition es tan australiana: en el western norteamericano, detrás de toda esa violencia residía un deseo de conquistar –mal o bien, generalmente mal– ese Nuevo Mundo, de transformarlo en un lugar para vivir. Pero, en el principio, nadie quería ir a Australia. Todos llegaron forzados. No comenzó siendo la tierra de las oportunidades, sino la del castigo y el horror, el literal fin del mundo. Y ése es el clima que se respira en The Proposition.
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