Domingo, 20 de septiembre de 2009 | Hoy
RADAR LIBROS #7
Un clásico del jurista alemán Carl Schmitt acerca de los valores, con una presentación a cargo de Jorge Dotti.
Por Mariano Dorr
La tiranía de los valores
Carl Schmitt
168 páginas
Hydra
La reflexión filosófico-política de las últimas décadas, desde el famoso Políticas de la amistad de Jacques Derrida hasta los textos más recientes de Giorgio Agamben y Roberto Espósito, tiene en la figura de Carl Schmitt (1888-1985) su punto de confluencia crítico. El autor de El concepto de lo político (que lleva varias reimpresiones en castellano) se ha convertido en el eje de una serie de discusiones en torno de lo político; Jorge Dotti (profesor titular de Filosofía Política en la UBA y autor de Dialéctica y Derecho, entre otros numerosos textos) llevó a cabo una investigación sobre la recepción del pensamiento de Carl Schmitt en nuestro país, editado luego como Carl Schmitt en la Argentina (Homo Sapiens). Esta edición de La tiranía de los valores cuenta con un prólogo y una “nota complementaria” de Dotti, rodeando al texto del polémico jurista alemán y acercando al lector neófito.
La axiología es la disciplina filosófica que se ha encargado de responder a la pregunta sobre los valores, fundamentalmente a través de los trabajos de Heinrich Rickert, Max Scheler y Nicolai Hartmann. Sin embargo, las ciencias económicas ofrecen también una respuesta, condicionando toda axiología: valor es el término que se usa para referirse al precio de una mercancía o producto. Martin Heidegger escribió que “el pensar en valores es una blasfemia contra el Ser”, un ataque directo a la filosofía de los valores de Rickert. ¿Qué implica este ataque? En primer lugar, el valor no es, sino que precisamente vale. La blasfemia contra el Ser consistiría en la postulación de una “tabla de valores”, una suerte de imposición jerárquica que no atiende a las cosas en su ser sino en su valor. Ahora bien, Carl Schmitt (que cita a Heidegger en su favor) se pregunta: ¿cuál es la lógica del valor? Cuando un juez toma una decisión, cuando un juez valoriza, debería conocer antes la lógica misma del valor en cuanto tal: el valor positivo (sea moral, religioso, estético o político) “está referido siempre y de modo necesario a un no-valor”. Si un valor positivo se refiere siempre a su polo negativo, para imponerse, necesita de la aniquilación de su polo negativo. Con la lógica del valor, sólo queda pues, una tiranía de los valores donde los valores positivos son imposiciones forzosas. Carl Schmitt, en este texto de 1960, denuncia la violencia inherente a la lógica del valor: “Lo específico del valor radica justamente en que éste, en lugar de tener un ser, sólo tiene validez. La posición de valores es por consiguiente nula si no se la impone; la validez tiene que ser continuamente actualizada, esto es, se la tiene que hacer valer para que no se disuelva en una vacía apariencia. Quien dice valor quiere hacer valer e imponer. A las virtudes se las practica; a las normas se las aplica; las órdenes se ejecutan; pero los valores se ponen e imponen. Quien afirma su validez tiene que hacerlos valer. Quien dice que valen sin que un hombre los haga valer, quiere engañar”, escribe Schmitt con poderosa inteligencia.
El jurista alemán parece decirnos que “vale la pena” reflexionar en detalle sobre la cuestión de la tiranía de los valores si no queremos ser acarreados por la lógica misma de una tiranía siempre reintroducida, sin más, en nuestros juicios de valor.
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