Domingo, 25 de abril de 2010 | Hoy
William Taylor, un granjero de Irlanda del Norte, encontró una forma de terminar con el ocio improductivo de las vacas: en vez de que estén caminando todo el día en el corral perdiendo el tiempo, Taylor decidió ponerlas a trabajar.
Su invención, el Generador de Energía para Ganado, consiste en una cinta inclinada, como la caminadora de los gimnasios. La vaca se ve obligada a caminar para no deslizarse lentamente hacia abajo; también se le pone comida delante para incentivarla a seguir caminando todo el día. Según la revista Popular Science, el continuo andar de la vaca hace funcionar un generador que logra producir hasta 2 kilowatts, suficiente energía para cuatro máquinas ordeñadoras.
Algunos estudios sugieren que las vacas que hacen ejercicio producen más leche. También se habla de que reducir el ocio de las vacas también puede reducir sus emisiones de metano; no es poca cosa, dado que el 20 por ciento de este gas es producido en conjunto por todas las vacas del globo.
En Gran Bretaña, cada vez más, la ley es la ley, y lo que importa es la intención. Ya sea coche de verdad o coche de juguete, por ejemplo, manejar cualquiera de los dos borracho alcanza para perder el registro. Paul Hutton, padre de cuatro hijos, estaba haciendo un curso de ingeniería eléctrica. Uno de sus vástagos cursaba mecánica del automotor y entonces como un proyecto entre padre e hijo se pusieron a cambiarle las ruedas a un coche eléctrico.
“Está diseñado para nenes de tres a cinco años. Hay que ser un contorsionista para meterse dentro y luego es imposible salir”, explicó Hutton al diario The Telegraph.
Cuando dieron por terminado el proyecto, el ingeniero no pudo resistir la tentación de sacar el coche rosa de Barbie a dar una vuelta a la manzana. La policía lo detuvo, le hizo un examen de alcoholemia, y encontraron que tenía más del doble del nivel permitido de alcohol en sangre.
Como Hutton había tenido otra ofensa en la última década –no se sabe si en coches reales o también de juguete– la Justicia le quitó el registro por los próximos tres años.
Los hallazgos más modernos de paleontología muestran que la vida orgánica evolucionó rápidamente en la Tierra una vez que se volvió apta para la vida. En los últimos años se descubrieron, además, alrededor de 150 planetas extrasolares que pueden ser habitables. Entonces, dado que el universo es tan grande, tan viejo, tan fértil, ¿dónde están los extraterrestres? ¿No tendría que haber venido alguien hace rato a visitar el planeta Tierra?
La pregunta salió de labios de Enrico Fermi en la década de 1940 y la ciencia moderna no hace más que volverla una pregunta más y más difícil de responder.
Algunos dicen que una cosa es que se genere vida y otra cosa es que sea vida inteligente. Otros sugirieron, luego de Hiroshima, que quizá todas las razas extraterrestres tecnológicamente avanzadas se destruyeron a sí mismas.
Geoffrey Miller, un psicólogo norteamericano, tiene otra teoría: los aliens están demasiado ocupados con jueguitos de computadora.
“Se olvidaron de enviar señales de radio o de colonizar otros planetas porque están muy ocupados con un consumismo desbocado y el narcisismo de una realidad virtual”, escribe Miller en el último número de la revista Seed.
¿La humanidad se encaminará en esa dirección? ¿Se colonizará Marte alguna vez en la vida real, o simplemente el ojo humano se volverá hacia adentro, hacia el propio ombligo cibernético? Si la próxima revolución será televisada, entonces los extraterrestres aparecerán en Facebook y nadie se dará cuenta.
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