Dom 22.06.2003
radar

VIDEO

Mujeres alteradas

Mujeres punks. Mujeres que sufren por mujeres. Mujeres que salen a la calle a castrar violadores. Mujeres que filman a las mujeres que aman. Mujeres-niñas que abrazan la causa feminista. Hoy, en el Malba, el experto en contraculturas Salvador Mendiola presenta a cuatro videastas mexicanas que hicieron del pixel su cuarto propio.

POR ROSARIO BLÉFARI

Profesor de Comunicación de la Universidad Nacional de México, grafitólogo y feminista, Salvador Mendiola, que en sus clases explica a Los Gatos y Almendra o habla de los Babasónicos con sus alumnos, se interesó desde un principio por todo aquello que sublevara, distorsionara o deshiciera la idea del arte de las galerías y los museos, y desde sus cursos de comunicación trató de monitorear toda actividad relacionada con la contracultura. Nadie más indicado que él para ponerles “notas a pie de página” a esas manifestaciones que lo entusiasman, esos datos “calientes” que para esta especie de arqueólogo del presente ya son vestigios. A partir del amor –primero por una videasta pionera, luego por las que la siguieron– se dedicó, además, al análisis del video, que considera un soporte ideal para “mujeres creadoras de imágenes sobre sí mismas”. Esta tarde, Mendiola dará una charla y presentará parte de la obra de cuatro singulares videastas mexicanas (“no sólo las he estudiado”, dice Mendiola: “estoy enamorado de ellas”) en un encuentro público que se extenderá entre las 17 y las 20 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Lo que sigue es un anticipo de sus presentaciones.

Pola Báez
“Pola Báez inventó en México la performance y es la primera videasta mexicana de la misma generación del grupo Fluxus. Yo la vi actuar: bailaba desnuda y me enamoré de ella. Era muy hermosa, muy sabia, muy grande. Yo me sentía un chiquilín y nunca me atrevía a hablarle, hasta que empecé a dar clases en la misma universidad que ella y traté de acercarme varias veces. Pero había entrado en una etapa terrible de su vida y, como a los seis meses de que empecé a conversar con ella, se suicidó. Se hizo una leyenda de que era incomprendida, lo cual es falso, porque recibió muchos reconocimientos. El conflicto era más bien que no podía tener hijos. Y los hombres. Cuando se suicidó surgió la leyenda de que había destruido toda su obra. Con un grupo de feministas, entonces, tratamos de averiguar dónde habían quedado esos videos y descubrimos que se los había dado a una de sus discípulas, que no sabía qué hacer con tanta muerte y tanto dolor. Así que recuperamos como treinta y dos obras de video y como treinta horas de su diario personal en video. Hoy voy a mostrar los diez minutos más bellos que hay de su obra, Mi-co-ra-zón: los hizo en 1986, después del fracaso de su último intento, en Venecia, de tener un hijo. Pola regresa a la ciudad de México, viene un temblor, caen edificios y ella intenta hacer una metáfora inmensa sobre una ciudad abortando sus edificios y ella perdiendo su criatura, y de ahí una serie de reflexiones sobre la muerte, sobre lo que es el temor a la destrucción. Creo que es un video único: la síntesis de Pola Báez. Es muy críptico, las imágenes son muy delirantes, por eso es necesario que alguien les ponga notas al pie. Así, creo, se vuelven muy lúcidas y enternecedoras”.

Susana Quiroz / Inés Morales
“A ellas las conocí cuando me puse a estudiar video para tratar de ubicar a Pola. Alguien me dijo que había unas punks que en 1990 habían hecho un video increíble, Las chavas, una especie de documental en el que hablan, quieren tocar música, pero no saben tocar ningún instrumento y hacen salir toda su efusividad y su rabia. Además, en su momento, Susana había pertenecido a una pandilla o patota de mujeres castradoras muy famosa que se dedicaba a atrapar y castrar a quienes ellas creían que eran violadores de mujeres. Entiendo que tres veces lo hicieron y que uno se les murió, así que Susana tuvo que huir a Tijuana un tiempo para que no se le armaran problemas con la ley. Al regreso, con la idea de no volver a causar problemas, recibe una cámara de video portátil como pago de una deuda y con su novia hacen Las chavas. En un mercado –el mercado del chopo– donde se vende música, ropa y aerosoles para grafiti, se reunían unas muchachas que hacían la revista Las chaps –Chavas Anarquistas Punks– y querían contar la historia del punk en México. Así empieza el video, entrevistándolas; pero termina con un ‘Nosotras, las chavas, contamos nuestro coraje (nuestra rabia) por las violaciones, por los abortos, por la vida sexual que nos dan”. Creo que eso también lo vuelve excepcional”.

Ximena Cuevas
“El video se llama Medias mentiras y es de Ximena Cuevas. Ximena es hija de José Luis Cuevas –un pintor muy importante mexicano–; yo la conocí por razones de literatura en los años ‘70, cuando ella tenía once años y yo veintidós. Vi a una niña-genio: una niña que hablaba de Antonioni y de Godard, que explicaba las técnicas de grabado de su padre y opinaba de literatura hasta darme vergüenza. A los quince años, Ximena decide separarse del mundo del padre, va a estudiar cine a Nueva York y descubre el video. Cuando regresa trabaja un tiempo en el cine industrial mexicano, pero ya empieza a usar su cámara de video. Hoy día creo que es la videasta más importante de México. Su temática es absolutamente propia: todo trata sobre ella misma. Medias mentiras es el relato del momento en que se da cuenta de que una de sus amantes no la quiere bien y se tiene que separar, así que hace el video para decírselo en imágenes. (Ximena es lesbiana: aparece en la televisión diciendo que es lesbiana y católica y que le va a pedir al Papa que autorice los matrimonios entre lesbianas.) Pero el video no tiene nada de sentimental; le sirve para ir diciéndole a Ursula cómo la ve y, al mismo tiempo, para poder darse valor para separarse, y también trata de videar a las mujeres que ama: desde una gran poeta mexicana que se llama Guadalupe Amor hasta la actriz de cine Irma Serrano, que en México es “el azote de los machos”. Y al mismo tiempo va siguiendo algunos desastres de mujeres, una fiesta de quince... Y hay una secuencia que muestra a puras mujeres a las que les están quitando la corona en los festejos del día de los Reyes Magos, cuando la gente se fotografía con los reyes y les ponen una corona para la foto”.

Candy Mar
“Es la más próxima a mí, porque es una muchacha que llegó a mis clases para aprender video. Yo le enseñé que no había que aprender video, que se olvidara. Traigo lo que serían sus primeras creaciones: media hora de videos que duran entre uno y cinco minutos, y que creo que ya son filosofía del video. Hay uno en el que hace bailar a una calavera a la que le dibuja la cara de Frida Kahlo. Pero Candy hace toda una serie de experimentos. Cuida a dos niñas de madres separadas por unos meses, empieza a conversar con ellas, ve que tienen ideas muy delirantes y les propone que hagan una película con sus muñecas Barbie. Las niñas se dan cuenta de que las Barbies son muchas y distintas, pero todas tienen un solo novio: Ken. El video termina cuando se dan cuenta de eso y corren hasta Ken, y mientras una comenta que es mejor hacerse feministas porque es lo único que les queda, la otra contesta que no, que eso es demasiado aburrido, que mejor irse a ver televisión”.

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