OJOS DE VIDEOTAPE / ESTRENOS DIRECTO A VIDEO
Pasada por agua
Darren Aronofsky, el director de Pi y Réquiem para un sueño, se anima como guionista de Sumergidos, un thriller de fantasmas adentro de un submarino. Y hace agua.
“Ésta va a ser la película más aterradora que hayan visto en muchos años”, prometió Darren Aronofsky hace tres o cuatro años, después de que Pi sacudiera el planeta del cine independiente norteamericano. En el camino estrenó Réquiem para un sueño, pero ahora finalmente estrena la película con la que intenta cumplir esa promesa. En aquel momento se trataba de un proyecto llamado Proteus que terminó convirtiéndose en Sumergidos (Below, 2002), y debe concederse que la idea tenía su potencial. Se trata de un nuevo exponente de ese atrapante subgénero de la claustrofobia y la asfixia que son las películas de submarinos: un puñado de hombres en pugna y encerrados; a veces una verdadera docena del patíbulo de cuyas enérgicas disputas puede depender el desenlace de una batalla y hasta el de la Guerra Fría misma, y todo sin una sola ventana a la vista. Esta vez, el director David Twohy y Aronofsky, en el rol de guionista junto a Lucas Sussman, lo ambientan en el fondo del Atlántico en plena Segunda Guerra y le agregan una vuelta al tema convirtiéndolo en un asunto de fantasmas. No obstante, Sumergidos apuesta a ser una de esas historias de fantasmas más cercanas a, por ejemplo, el terror sugerente de Los otros que a los excesos de sangre de la reciente Barco fantasma.
Una vez que el USS Tiger Shark ha subido a bordo a tres sobrevivientes de un barco británico supuestamente hundido por los nazis, y uno de los pasajeros nuevos resulta ser alemán, todo comienza a enrarecerse: ¿será la falta de oxígeno? Twohy alega que lo que le interesaba explorar era la razón por la que “la gente puede llegar a inclinarse hacia explicaciones sobrenaturales cuando todavía hay lugar para otras más plausibles” (tesis que no parece llegar a contestar en sus excesivos 105 minutos). El resto es pura atmósfera, puesta en escena y una chica a bordo como nudo de todas las supersticiones marineras (la inglesa Olivia Williams, la de Sexto sentido). Hay infinidad de planos oscurísimos que piden a alaridos una pantalla grande cuando más no sea para ser comprendidos, y la intención explícita de reproducir los juegos de luces y sombras del film noir de la década del cuarenta, al mejor estilo Jacques Tourneur. Twohy habla de clásicos como La mujer pantera, Out of the Past, Yo caminé con un zombie y La noche del demonio, y de “la manera en que Tourneur establecía el tono y la atmósfera”, para lo cual reclutó al director de fotografía Ian Wilson (El juego de las lágrimas). Pero termina por atajarse: “Yo mismo no creo demasiado en lo sobrenatural, pero me fascina cuando la gente se vuelca a ello. Esto es algo así como un submarine noir”.