La casa del mito
por L.O.
Si antes la morada del mito era la oralidad, hoy parece ser propiedad del comic. “Ante el empobrecimiento de la tradición oral en las últimas décadas –dice Alfredo Colombres–, la escritura o el dibujo han acudido en refuerzo de los mitos para asegurar su transmisión a las nuevas generaciones, aunque más no sea como ejes del pensamiento simbólico que ayudan a aprehender la realidad, como anclaje en nuestro propio imaginario social. Si se estudia un mismo mito a lo largo del tiempo se encontrarán mutaciones, nuevos significados que les permiten mantener su plena validez en circunstancias cambiantes. El mito es eterno porque cambia de máscara, y una de ellas es la que ofrece la historieta Mikilo.”