Domingo, 4 de diciembre de 2005 | Hoy
Por Rodrigo Fresán
Lo dicho: lista muy personal sin intención alguna de ser definitiva. Las razones por las que no figura el gran himno utópico ya han sido explicadas. Los motivos porque aquí prima el Lennon airado y romántico y vencido, también.
1) “COLD TURKEY” (single, 1969). Punk antes del punk y la más honesta descripción sónica del síndrome de abstinencia de un heroinómano golpeándose contra las paredes de un cuarto cerrado por fuera. Eric Clapton en la guitarra. Kurt Cobain no lo hubiera hecho mejor.
2) “INSTANT KARMA!” (single, 1970). Escrito y grabado en un día –27 de enero, puesto a la venta diez días después–, he aquí un espécimen curioso y, sí, lennoniano: canción sobre un deslumbramiento místico, pero presentada casi como amenaza mafiosa. Ya saben: “El karma instantáneo te va a agarrar”. Lo que no se sabe es para qué. Tres pianos sonando al mismo tiempo y Phil Spector en la consola.
3) “MOTHER” (John Lennon / Plastic Ono Band, 1970). Primer track de su mejor álbum por varios cuerpos y mentes. Melodía casi fúnebre. Producto de su terapia de grito primal junto a Arthur Janov, Lennon aúlla para que su madre no se vaya. Pero se fue. Billy Preston al piano y Ringo Starr a la batería. Todo The Wall sale de aquí.
4) “GOD” (1970). “No creo en los Beatles” y “El sueño terminó” y “Yo fui la Morsa y ahora soy sólo John”. Himno/letanía despidiéndose de todo aquello –incluyendo a Buda y Kennedy y Hitler y Elvis y Jesús y Zimmerman (Dylan)– e invitando a sus fieles a mirar hacia adelante. Crisis personal en frente de todos. Y a aguantárselo.
5) “JEALOUS GUY” (Imagine, 1971). Originalmente titulada “Child of Nature” y compuesta junto al Maharishi y los Beatles en Rishikesh ‘68; Lennon la exhumó y la transformó en la que tal vez sea la más grande canción romántica sobre la posesión obsesiva y paranoica, y el pedir disculpas una y otra vez. Gran balada. Nicky Hopkins al teclado. Final silbando. Obra maestra y perfecta.
6) “HOW DO YOU SLEEP?” (Imagine, 1971). Horrible patada en la boca para Paul McCartney. Cruel y monstruosa y virulenta, todavía hoy incomoda oírla. Pero es, también, en lo estrictamente musical e interpretativo, una de las más grandes canciones de Lennon. “Steel and Glass” –en Walls and Bridges, de 1974– es una suerte de segunda parte dedicada, parece, a Allen Klein. Da igual. Da miedo.
7) “OUT OF THE BLUE” (Mind Games, 1973). De todas las demasiadas canciones que John le dedicó a su amor y musa y patrona, es ésta –seguida muy de cerca por la un tanto más patológica y onodependiente “Oh Yoko!”– la más creíble y emocionante. Enorme solo de piano de Ken Ascher y crescendo de voces gospel. La canción de alguien enamorado de estar enamorado.
8) “NOBODY LOVES YOU (WHEN YOU’RE DOWN AND OUT)” (Walls and Bridges, 1974). Una para Sinatra. Autocompasiva pero, al mismo tiempo, graciosa e irónica y sincera. Otra que termina con orquesta triste y silbando bajito. Canción para cerrar bares y volver a casa. Y en casa, por supuesto, no hay nadie esperando. Entonces servirse un whisky y escucharla de nuevo. Varias veces, varios whiskies.
9) “WATCHING THE WHEELS” (Double Fantasy, 1980). Himno oficial de no hacer nada, desaparecer, borrarse, do not disturb, adieu. La versión plácida y satisfecha de “I’m So Tired” o “I’m Only Sleeping”. La versión terrestre de la aérea y flotante “Imagine”. Seguro que a Jerome David Salinger –escritor favorito de Mark David Chapman– le encanta. La producción de Jack Douglas envejeció mal.
10) “STAND BY ME” (Rock’n’Roll, 1975). De acuerdo, no es de Lennon. Es de Ben E. King & Jerry Leiber & Mike Stoller. Pero –insuperable cover y reinvención vocal, que lo lleva del falsetto al casi rugido arropado por una estremecedora sección de bronces– ahora es de Lennon. Y para siempre.
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