INFLUENCIA Y EL DRáCULA DE FRANCIS FORD COPPOLA.
“Es que la sangre es vida, y quizás a esta edad uno la empieza a apreciar más –expresa Charly, de 51 años en ese momento–. Igual, la parte de carnicería no me va: Drácula es en realidad una historia de amor. El tipo era como el rey de Transilvania y era famoso por la crueldad con sus enemigos, pero en verdad estaba defendiendo al cristianismo. Drácula gana la batalla definitiva y deja a su mujer en el castillo, pero los turros que pierden arrojan una flecha con un mensaje que dice que Drácula murió en la batalla. Entonces la piba no tiene mejor idea que tirarse del noveno piso del castillo, al río que está ahí abajo. Muere, obviamente, no es como mi salto (risas). Al encontrarla muerta, unos sacerdotes raros le dicen a Drácula que su alma está condenada por Satanás, porque su mujer se suicidó. Entonces Drácula, clavando su espada en la cruz, dice que se vayan a la mierda y comienza a correr la sangre por todos lados. Y cuando la historia comienza, Drácula tiene como mil años.
“En la película está todo muy maravillizado; los efectos son de cine antiguo. Y es muy roja y negra, muy Say No More, en el sentido de que nada es verdad ni mentira, sino según del color del cristal con que se mira. Y a la vez, cuando Drácula encuentra a su amada, no la quiere morder para no condenarla a la no-vida, bah, a esa vida que tiene él, que es un poco extraña (risas). Y toman ajenjo, y el líquido se metamorfosea en glóbulos sanguíneos. Puede ser vampirismo, y también el hombre, la mujer, el hijo: sangre por todos lados. No nos da impresión porque no la vemos.
“El sueño de Drácula era... la vida... Desde su punto de vista, él tiene razón. Porque sería cruel, pero defendía a su nación y a Dios; entonces Dios le quita su amor y lo condena a Satán. Es el amor lo que sostiene la vida de Drácula. El drama es que las dos formas de vida son incompatibles. Y yo quiero teatralizar lo que me pasa. Drácula intenta fabricarse una vida paralela: es expulsado de la vida, y queda en un lugar algo similar. Y yo quiero hacer una historia de ese tipo, no es que yo sea un vampiro. El yo que quiero mostrar es artístico, no el yo que está hablando ahora con vos. El making of no me gusta: la vida cotidiana es un making of gigante. Me gustaría hacer un espectáculo que tenga un valor artístico propio.”
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