Dom 13.01.2002
radar

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Ubika

Trío eléctrico, de una rara crudeza melódica, Ubika es una de las apariciones power pop más consistentes del último tiempo. Salvajismo, traumas metropolitanos, sensibilidad suicida. Ahora tengo tu cuerpo pero no soy dueña de mis propios pensamientos/ Es tan difícil pensar con un arma en la mano, pero yo quiero que seas mío, sólo mío, canta Julieta Monson, especie de Courtney Love del Atlántico sur: expresiva, simple, una chica que no teme estar al frente de una canción desolada ni aullar como bestia en celo en medio de una tormenta de distorsión. Histérica y dulce, frágil y zarpada.
Marplatenses asentados en Buenos Aires, los Ubika –Marcos Moronell en batería, Enrique Scardapane en bajo, Julieta en guitarra y voz– editaron una producción independiente titulada Eléctrica Mente (que pronto se publicará en México), en que desparraman sus canciones llenas de energía y pavor. Las letras tienen algo de autoanálisis, el relato de una inversión a pérdida sobre una batalla interior imposible: comprender el funcionamiento de las sensaciones. “Se basan en vivencias, reflexiones, van a lo profundo del ser con una inclinación surrealista”, dicen ellos, lectores de Philip K. Dick, en cuya novela –Ubik– se inspiraron al momento de bautizar al grupo. “La idea principal es la ubicuidad, algo que está en todos lados al mismo tiempo. La música es ubicua y nosotros somos parte de eso, de la música”, explican. También hay sencillas canciones de amor, declaraciones de anhelo de bienestar (quiero salir y ver el sol), pero todo montado a un sonido visceral, que flota en alguna parte entre el buen rock and roll de los 70 y lo más sensible y atormentado del grunge: Nirvana, Samashing Pumpkins y, sin ir más lejos, El Otro Yo y Pez. “Siempre hubo una fuerte presencia de riffs de viola y arreglos heredados de discos como los primeros de Black Sabbath, King Crimsom, Invisible, siempre llevándolos a un formato canción. Ahora estamos incorporando una gran influencia de canción punk, manteniendo nuestras raíces.”
Se diferencian de la mayor parte de la escena power pop porque a esa urgencia eléctrica la dotan de una admirable robustez instrumental, con breves (suficientes) arrestos de rock progresivo (en una canción meten un pasaje tanguero, sin que eso suene forzado). Cuentan que se ganaron un lugar en Mar del Plata al cabo de cinco años de tocar mucho. De regreso al pago para pasar el verano, los Ubika explican que en la Feliz “existe un techo y después de eso no avanzás más”. Eso, más la buena respuesta que obtuvieron de sus presentaciones en Buenos Aires, los impulsó a mudarse a la Capital. En el último tiempo, la banda incorporó un trío paralelo, “Ubika Visual” –Soledad Di Sippio, Valeria D’Agostino y Verónica Collado Jara–, que se encarga de escenografía, vestuario y gráfica. Durante enero harán una serie de shows en su ciudad: el 19con Eterna Inocencia, el 21 conLash Out y X.X., el 26 con Fun People y el 28 con Attaque 77. “En el rock argentino hay bandas muy buenas y una gran variedad”, observan. “Hay una fuerte escena under manejándose en forma independiente, logrando sacar discos, hacer buenos shows. La situación del país es gravísima y es la única manera de lograr cosas, porque los grandes sellos no apuestan a bandas nuevas, salvo algunas excepciones. También existen grupos muy interesantes en el interior del país, pero por estar lejos de Capital se les hace casi imposible darse a conocer y surgir”.
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www.ubika.com.ar

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