Domingo, 16 de agosto de 2009 | Hoy
> SERRANO SEGúN EL GUITARRISTA DE LOS DECADENTES
Por Gustavo Montecchia
Tengo una relación especial con Jorge porque somos primos: lo conozco desde que nací. Siempre fue como mi ídolo, mi referente. Era un poco más grande y al principio jugábamos, pero un día me cortó el rostro. “Ya no puedo jugar más con vos”, me dijo. Tenía muchos discos y me los pasaba para que los escuche. Después tuvo una disquería en San Isidro, Siete Vueltas, a la que yo terminé de liquidar en una feria de Parque Saavedra.
Antes de los Decadentes tuvimos otro proyecto, en el que yo tocaba el bajo y él la guitarra. Todavía no eran temas de los Decadentes, excepto “Loco (tu forma de ser)”. Fue el primer tema suyo que me impactó. Me pareció hipnótico, me atrapó, me resultaron alucinantes la letra, la historia, el ritmo, todo. Aparte era muy loco tocar en esa época algo que sonara así: nosotros le decíamos “El bolero”.
De chico lo había escuchado con Todos Tus Muertos y, de a poco, lo fui descubriendo como compositor de canciones de todo tipo. Me acuerdo de un disco que había hecho, La felicidad es el Río de la Plata, con cosas que grababa de adolescente. Tiene el talento de abarcar distintos géneros y no encerrarse en una sola mirada. Se puede poner en la piel de otros, escribir historias, expresar estados de ánimo, entender sentimientos ajenos o interpretar lo que alguien le dice. Por eso sus temas son súper depresivos, alegres o románticos. Tiene esa virtud, que le permite ir de un lado para el otro de una manera sorprendente.
Es un compositor grosso, que empezó siéndolo pero que, a través del tiempo, fue cambiando. Hay muchos temas suyos que no se conocen. Aparte de los que están en Alamut, debe tener unos treinta más sin grabar. Aunque ahora vive recluido en Villa Gesell, tiene su estudio desde hace más de veinte años. Siempre está escribiendo canciones, pero no hizo doscientas: hizo cincuenta que están buenísimas. Su trabajo es muy meticuloso, muy artesanal: tiene que encontrar la manera de que la canción le cierre porque, si no, la descarta.
Al principio de la banda su aporte fue muy importante, porque los demás no componíamos. Y de a poco fueron apareciendo los otros. Con Jorge y con Cucho Parisi, por ejemplo, hicimos “Raquel”. Después se largaron Diego Demarco y también Pablo Armesto. Todos fueron apareciendo un poco con la escuela de Jorge: fue el que nos animó. Entonces su lugar es el del pionero y, también, el de musa inspiradora.
Hay temas de Jorge que van a quedar por mucho tiempo. Van a perdurar, más allá de nosotros. “La guitarra”, por ejemplo. Fui el primero en escucharlo. Me lo mostró en su estudio y enseguida flasheé. ¿Cómo a alguien se le podía ocurrir una canción así? Lo hizo él porque no lo podría haber hecho otra persona. Por eso está en un lugar especial, distinto al de los demás.
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