Domingo, 28 de agosto de 2011 | Hoy
> EL AUTOR EN WIKILEAKS
En los últimos años, siempre en calidad de periodista, asistí a varios cócteles en la residencia del embajador estadounidense y cubrí tres o cuatro videoconferencias en la embajada.
También almorcé un par de veces, junto con otros periodistas, con distintas jefas de prensa de la sede diplomática. Una vez me invitaron a la embajada junto con un grupo de alrededor de una docena de periodistas para opinar sobre las elecciones que acababa de ganar Obama. Me acuerdo de que estaban Alfredo Leuco y Mónica Gutiérrez porque eran los más famosos.
Nada de eso, por supuesto, aparece en los cables filtrados por WikiLeaks. En cambio aparezco mencionado en veintiuno de ellos como el autor de diversas columnas de opinión escritas en Página/12, que los cables citan. Son unos 18 mil caracteres, divididos en diecinueve citas (dos cables repiten lo mismo) de mis columnas. La extensión de las citas varía entre un párrafo y una página. La mayoría es de la segunda mitad de 2006 y principios de 2007, cuando recién empezaba mi columna.
La primera vez que me levantaron un texto, en julio de 2006, el cable me describió como el autor de “un artículo de opinión”. A la semana siguiente me subieron a “columnista”, después a “columnista internacional” y “columnista político”, hasta llegar a mi mejor momento. Entonces fui promovido a la categoría de “analista internacional”. Fui “analista internacional” tres veces, después me bajaron y volví a ser “columnista internacional”.
Salvo un par de excepciones, para los cables siempre escribí en “el diario inclinado-hacia-la izquierda Página/12”, mientras otros colegas lo hacían en el “diario líder Clarín” o el “diario de centro Perfil” o el “diario ‘de registro’ (por confiable) La Nación”.
En agosto de 2006 fui a una videoconferencia en la embajada con el subsecretario Tom Shannon. A propósito de sus comentarios críticos sobre Cuba, escribí: “No es fácil promover una guerra contra el terror y la democracia multipartidaria, todo al mismo tiempo”, y mencioné algunas contradicciones que veía entre el discurso y las acciones del gobierno de Bush. Esa vez, Página/12 se inclinó del todo y pasó a ser “el diario izquierdista Página/12”.
Mi primer artículo que levantaron en los cables se refería a la situación en Cachemira. Nunca me imaginé que a la embajada podrían interesarle mis lejanas observaciones al respecto. Después me tradujeron distintas opiniones, especialmente sobre Irán, pero también sobre las guerras en Irak y Afganistán, la política interna en los Estados Unidos, Chávez, Brasil, la pena de muerte, las relaciones bilaterales y la política exterior K.
A partir de 2008 decae el interés en mis columnas y la embajada empieza a citarme sólo un par de veces al año. La última columna mía que citan es de febrero de 2010. Parece que mucho no gustó porque en el cable yo pierdo todos mis títulos y Página/12 pierde su identidad ideológica: Santiago O’Donnell también escribió un artículo de opinión en Página/12 (1/31), criticando las políticas del presidente Obama durante el último año, que han sido entre “malas y desastrosas”.
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