Lunes, 20 de agosto de 2012 | Hoy
Por John Waters
1. Historia. No podés tener un modelo de conducta de una sola noche. Nadie puede convertirse en modelo en conducta de otros en 24 horas. Ayuda si los conociste cuando eras joven, de modo que crecen o se echan a perder con vos, como Johnny Mathis fue para mí.
2. Sean extremos. Todos mis modelos de conducta deben serlo. Deben ser más valientes de lo que yo fui jamás. Aunque sobrevivir al éxito es duro, no importa si es un éxito masivo como el que tuvo Johnny Mathis. Hoy hay mucha gente que está esforzándose mucho para ser extremos. Para la gente que admiro fue algo natural, y lo convirtieron en arte.
3. Estilo. Podés tener un mal estilo, pero tenés que tener alguno, el que sea. Por eso escribí sobre Rei Kawakubo, quien reinventó la moda para que sea dañada y para que sea todo aquello que esperabas que no fuera cuando comprabas un traje. Y le cuadruplicó el precio. Ese es un truco mágico.
4. Sean alarmantes.Es importante y es diferente de ser escandaloso. Ser alarmante amenaza el núcleo mismo de tu existencia: al principio no sabés qué es lo que te pone tan nervioso. Santa Catalina de Siena bebió pus para Dios. Eso fue importante para mí, porque pensé: tengo que ser ella, no puedo ser un tibio. Si voy a ser católico, que sea de antes de la Reforma.
5. Humor. Es muy importante leer, ser educado, pero nunca entiendo por qué la gente está tan convencida de que sus parejas tienen que ser inteligentes. ¿A qué clase de inteligencia se refieren? No estoy interesado en hablar de literatura en la cama. Me gusta la gente que me hace reír. El humor te consigue un polvo, te ayuda a atravesar la vida. No te van a dar una paliza si podés hacer reír primero a la persona que te tiene que dar la paliza.
6. Sé un alborotador. Todo el arte genera alboroto. ¿Para qué te vas a tomar el trabajo de hacerlo si no vas a sacudir las cosas un poco?
7. Bohemia. La bohemia salvó mi vida. Y por bohemia me refiero a todas la sexualidades mezcladas, y gente que hace lo que hace no para volverse rica sino para liberarse de los suburbios. Los que quieren encajar pero no lo hacen son perdedores. Los bohemios son los que no encajan porque no quieren.
8. Originalidad. Alguien único como Margaret Hamilton, la Bruja Malvada del Oeste, es un modelo de conducta fácil de adoptar. Podría haber entrado en cualquiera de estas categorías: su traje parecía de Comme des Garçons, y cualquiera podría asustar a un chico de esa manera... El problema es que yo quería ser ella. Al llegar a los 65, en cierto modo se ha vuelto realidad.
9. Neurosis. Creo que ayuda ser neurótico. La gente neurótica siempre termina dedicándose a las artes. Si tu hijo encaja bien en el secundario, va a ser un adulto tonto. Todavía me veo con alguna gente con la que fui al colegio, pero a los otros, cuando se me acercan, les digo: “Lo siento, tomé LSD, no te recuerdo”. Funciona, porque de esa manera no se sienten ofendidos personalmente. Es una cuestión de modales.
10. Sean un poco dementes. No es lo mismo que ser neurótico. Podés quedarte en tu casa y ser un neurótico. Pero tenés que salir para volverte demente. Podés ser un poco de ambas cosas, pero ambas tienen que ser gozosas. Siempre que puedas encontrar un momento de placer en tus peores comportamientos, habrá algo por lo que estar agradecido.
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