“No sé por qué no me lo corto”, dice Juana de su pelo más largo que nunca. La respuesta estaría en el video de Eras, el festín para fantasiosos que dirigió Mario Caporali y se estrenó hace unos días. Después de verlo es fácil imaginar, llegada la noche, a Juana transformada en su alter ego, El Bichapong –ser enmascarado de tres ojitos de muñeco (el tercero donde va la boca) y manos completamente vendadas–, acechando en una mansión espeluznante.

El Bichapong parece ser una gran costurera –tiene su propia versión en muñeca de trapo y gran destreza para coser lechuga a máquina–, y una polémica cocinera que usa mucho huevo (batidos adentro de un cactus, duros bañados en bronce). También prepara unos efectivos brebajes, que a los invitados al banquete –invitados por Juana, eso sí, de engañadora cola de caballo– hace perder la cabeza en una danza tribal hasta terminar desmayados sobre la mesa.

Este es el tercer video de Juana en toda su carrera musical. El primero fue Sólo en Sueños, de Rara, y el segundo Un Día, que (se) filmó ella misma usando un efecto de la cámara web que distorsiona la imagen. Ninguno tan cuidado como el de Eras (Caporali participó del concurso para dirigir el video de Innocence de Björk), imposible de quitarle todos los ojos de encima.