Desde Santa Fe

Los santafesinos concurrirán hoy a las urnas para elegir a su futuro intendente entre los tres candidatos con mayores chances: El actual, Martín Balbarrey, que se postula para un segundo mandato de cuatro años y sus dos contrincantes; el radical Mario Barletta, apoyado por Hermes Binner y el peronista disidente Oscar "Cachi" Martínez, que se postula por un partido local. Si Balbarrey gana, todo seguirá como hasta ahora y el PJ habrá consolidado una supremacía imbatible desde la restauración democrática de 1983. Pero si Balbarrey pierde, ya sea frente a Barletta o Martínez, el gran derrotado será el más formidable aparato político que gobernó la ciudad y la provincia en los últimos 16 años bajo el liderazgo de Carlos Reutemann y Jorge Obeid. Santa Fe tendrá una elección reñida, pero puede haber sorpresas.

Las primarias del 1º de julio develaron algunas incógnitas, pero dejaron otras. Balbarrey superó a su adversario interno, Miguel Paulón (por 35.185 votos a 19.900). Barletta se afianzó como el candidato del Frente Progresista (con 38.057 votos contra 12.022 que cosechó la socialista Marta Fassino y 3.965 que obtuvo Rogelio Alignani, del ARI) y Martínez se alzó con 45.563 votos, por las suyas.

Los resultados tuvieron varias lecturas posteriores. Balbarrey salió a batallar sobre un supuesto triunfo con 55.087 votos (32,74 por ciento) al sumar los propios (35.185) y los de Paulón (19.900), como si la política fuera matemática y el régimen electoral una ley de Lemas desdoblada. Barletta también sacó pecho con el mismo cálculo: 54.044 votos (32,12 por ciento), al adosar a su cuenta los de Fassino (12.022) y los del ARI (3.965). La operación dejó entonces a Balbarrey arriba, a Barletta segundo por apenas medio punto y a Martínez tercero a cinco puntos con el 27,08 por ciento de los sufragios.

Pero ya se sabe que los votos no se suman y hoy ganará el más votado. Martínez ya lo fue el 1º de julio con 45.563 votos, Barletta arrimó segundo con 38.057 y Balbarrey terminó tercero con 35.185. Diferencias muy estrechas en una elección reñida que se puede repetir hoy si Balbarrey y Barletta suman los votos que lograron sus socios políticos hace dos meses. Hasta ahora, Santa Fe ha sido un bastión invicto del PJ que encumbró a seis intendentes en estos 24 años de democracia. Desde 1983 hasta ahora ningún intendente había intentado la reelección. Balbarrey es el primero.

Sus antecesores buscaron otros caminos: Berdat optó por una banca de diputado y el retiro. Martínez terminó destituido y preso. Obeid ascendió a gobernador. Y Alvarez se fue procesado por supuesto "estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas" en la catástrofe del río Salado, en 2003. Aunque Balbarrey también tiene un pedido de destitución en la Legislatura y una causa en Tribunales por las inundaciones del 29 de marzo que afectaron a más de 50 mil santafesinos.

Pero el escenario político cambió. Primero, con la derogación de la ley de Lemas. Y después, con la irrupción de Martínez como candidato por un partido local, por afuera del PJ, que dividió el voto peronista. "Cachi" se identifica como kirchnerista, al extremo que comenzó a escribir su apodo con K, logró que el presidente lo reciba en su despacho en la Casa Rosada y tapizó las paredes de Santa Fe con esa foto. Sin embargo, en la última visita de Kirchner al parque industrial de Sauce Viejo no estuvo en el palco oficial. No lo invitaron. El invitado fue Balbarrey que llegó al acto con una claque propia que, incluso, llegó a interrumpir el discurso del presidente. Kirchner había arrancado con un agradecimiento a Obeid y a Reutemann, pero lo interrumpió un cantito a favor de Balbarrey. "¿Y Martín?", le preguntó un gordo desde el público, como para que no se olvide del intendente. Pero Kirchner pareció no escuchar, no mencionó a Balbarrey y siguió con sus elogios al candidato a gobernador del Frente para la Victoria, Rafael Bielsa.

La división del voto peronista aumentó las chances de Barletta. En la primaria del 1º de julio la diferencia con Balbarrey fue muy estrecha: apenas mil votos abajo (55.087 a 54.044, si cada uno suma las adhesiones de sus aliados) y 10 mil por arriba de Martínez. Desde entonces, Barletta trató de buscar el apoyo de los que no votaron en la interna o dejaron el sobre vacío, a sabiendas que hubo casi 29 mil votos blanco y nulos.