El secretario de Medio Ambiente santafesino, Marcelo Terenzio, anunció ayer que se abonará 200 pesos a 400 pescadores de esta región por única vez, para hacer frente a la crisis que sufren estos hogares por la veda declarada para la pesca del armado. De igual modo el funcionario adelantó que "la prohibición de pesca se mantendrá hasta que la Secretaría de Pesca de la Nación nos envíe su informe, pero calculamos que se va a levantar antes de fin año".

Los anuncios de Terenzio coincidieron con una declaración crítica de pescadores y ecologistas de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe que manifestaron su preocupación por "la peor crisis ecológica de los últimos 50 años en el Paraná". Justamente Norberto Oldani, asesor de la asociación Proteger "el fenómeno puede responder a un proceso de contaminación que podría llevar al río a recuperarse recién en 30 años.

De igual modo el especialista indicó que "el recurso íctico ha sido dilapidado y los gobiernos de las provincias son los responsables directos de lo que está pasando, porque no hay una política clara para la conservación de estas especies".

Los especialistas afirman que el desastre lo ha provocado una bacteria que contamina el agua. La única especie afectada por la bacteria es el armado, especie similar al bagre y componente fundamental en la cadena alimentaria del río. La mortandad generó gran preocupación en la población y motivó que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación (SAGPYA) y la Universidad del Litoral realizaran un estudio de la bacteria.

Según el estudio, se trata de un microbio denominado Edwardsiella tarda, que ocasiona la mortandad de peces, específicamente de armado común y armado chancho. Sin embargo, todavía no se logró determinar cuáles son las causas de la aparición y cuánto más permanecerá en el agua.

De igual modo Oldani manifestó que "la magnitud de la pérdida del armado es enorme, tanto que debe preocupar y alertar a las autoridades provinciales para realizar acciones conjuntas para frenar la mortandad y prohibir la comercialización y consumo de los peces".

"El fenómeno puede responder a un proceso de contaminación que podría llevar al río a recuperarse recién en 30 años. Si se mide en términos de impacto económico, la explotación masiva de peces y ahora, la bacteria, logró afectar a 50.000 hogares de la costa paranaense" señaló el especialista y agregó que "el recurso íctico ha sido dilapidado y los gobiernos de las provincias son los responsables directos de lo que está pasando, porque no hay una política clara para la conservación de estas especies".

Además del drama ecológico que representa la mortandad del armado, los pescadores sufrieron un fuerte impacto en su economía de subsistencia. "La alimentación de muchas de nuestras familias depende exclusivamente de la pesca y de lo que vendemos" relató Raúl Roco, coordinador de la REDEPESCA, que nuclea a comunidades de pescadores de 5 provincias del Litoral argentino. "Desde la veda, nuestras familias también se vieron afectadas. Pedimos a las autoridades provinciales que tengan en cuenta el impacto y el perjuicio que hemos sufrido, y que nos ayude económicamente hasta que esto termine" dijo Roco. "Lo lamentable es que no hay certeza de que esta bacteria esté retrocediendo ni hasta cuándo seguirá el fenómeno".

Cabe recordar que la última semana un grupo de pescadores liderados por Juan Carlos Billarreal, secretario del Sindicato que los agrupa, cortaron el tránsito vehicular sobre el Puente Rosario Victoria, asi como el tráfico de embarcaciones en el canal del río Paraná. La protesta terminó con la detención de tres dirigentes del sector a manos de la Prefectura, que desplegó una parte importante de sus hombres en Rosario para garantizar la libre navegación por las aguas del Paraná.