rosario

Martes, 29 de noviembre de 2005

CONTRATAPA

Entre dos

 Por Margarita Scotta *

Entre él y ella. La primera mirada interesada vino desde el hombre hacia la mujer. Estaban entre otros y aún se desconocían. Ella se dio vuelta (¿fue accidenteal o sintió la fuerza de aquella ola invisible detrás mientras corría hacia la orilla?). Al mirar, el hombre terminó siendo mirado (un vuelco inesperado precipitado por la pregunta de la mujer a su amiga: "¿Quién es?"). El no tenía la intención de estar en otro lugar, pero volcó (finalmente, "lo" mirado nos mira).

Entre ella y él. La primera palabra interesada vino desde la mujer hacia el hombre. Seguían entre otros y ya hubieran dicho que se conocían. Un desborde del cauce lo produjo la confesión de ella sobre algunos sentimientos. Entonces, para marcar su rumbo con un golpe de timón él habló del placer antes que del amor. Intimaron demasiado rápido con la palabra temor a una ola de tinieblas. (En la mujer duerme un miedo mítico a ser lastimada por el hombre. Hay una señal visible en el cuerpo masculino de esa violencia; en cambio, no hay señal visible para él, de lo que podría causarle dolor de la mujer). Y comenzaron a divisar señales en la bruma.

Entre ellos. Fue así que el hombre comenzó a evitar algo en la mujer al crecer la marea. La seducción fue el primer desvío; la ironía fue el segundo; el rechazo fue el tercero; la ignorancia fue el cuarto; el humor fue el quinto; la entrega a otro fue el sexto; la amistad fue el séptimo. Resistió hasta el filo dulce de lo cruel antes de dejarse tocar por ella (pero finalmente, "lo" tocado nos toca y el afecto que ya estaba surgirá cuando al fin se deja de apartarlo). Siempre se le pidió a la mujer dar la "prueba de amor" para que el hombre crea que puede ser amado (al menos, en los tiempos del surgimiento del amor). Aunque tiene más que ver con la anatomía del cuerpo femenino que con la expresión de los sentimientos.

Entre ellos dos. De pronto, un faro alumbrando en dos la oscuridad clavó una mirada única. El hombre y la mujer empezaron a mirarse a los ojos al comienzo de la admiración; aunque no hubiera ninguna razón nueva para ese mirar alto y agudo. (No es que él y ella comenzaron a sobre-estimarse porque idealizaron la propia atracción sexual en el otro. Al contrario: fue porque hubo creación, de una sensualidad entre dos, que empezaron a verse mejores de lo que realmente eran). Pero enamorarse no eleva la autoestima; porque seguían desconociéndose.

Entre ambos. Lo crucial entre ellos no sobrevendrá cuando llegue el tiempo de verse como son (nunca se tratará del trabajo forzado de "construir la pareja") sino cuando más se confundan como mar y cielo en la línea que tiembla en el horizonte (por ese "plus" que cada uno agrega a la vida del otro): cuando el hombre confunda su realidad con una mujer que encarnará su propio destino (a su pesar). Y cuando a una mujer, más confundida, un hombre le confirme la realidad de aquel futuro presentido en él (aunque le pese). (Que esto les suceda dependerá, entonces, de la potencia de destino que la historia de cada uno les reservaba para la elección amorosa, nunca de "aprender a compartir" o de "adaptarse", menos aún de los logros de la terapia de pareja).

Entre otros. Pero podría suceder que el hombre y la mujer vean más claro y siguiendo la corriente de sus propios días no alucinen el espejismo de divisar su destino en otro. Que se abandonen a lo que pase o no pase. Que sientan sus vidas reveladas en un trabajo, o en una idea, en los hijos o en un grupo, o que pocas cosas tengan fuerza de revelación, o que simplemente no necesiten cambiar algo en lo destinado. Entonces, como un mar en calma la historia entre él y ella será débil; la amenaza del naufragio estará lejos; pero, también, la oportunidad de torcer el rumbo será menos fuerte. Así, el hombre y la mujer se desamarran como ondas sin centro sobre el agua (una señal de nuestra época es una mujer diciendo que un hombre no trazará su ruta y un hombre estando con una mujer o con otra sin que eso tuerza su itinerario).

[email protected]

Compartir: 

Twitter

 
ROSARIO12
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.