En diez días, el gobierno provincial comenzará a realizar controles de alcoholemia en las rutas santafesinas. El anuncio lo hizo ayer el subsecretario de Transporte Miguel Latorre quien precisó que "en principio habrá 17 puestos fijos en las estaciones de peaje de la provincia. La idea es poder, dentro de dos años, tener 50 lugares de control". El funcionario provincial informó que en la primera etapa no se aplicarán sanciones económicas. "Cuando el test de alcoholemia arroje resultado positivo no se le va a permitir al automovilista seguir manejando pero no se emitirán multas, por lo menos en lo inmediato", apuntó Latorre para después hacer un llamado a los municipios y comunas de Santa Fe tendiente a coordinar los operativos y las campañas preventivas.

Los test de alcoholemia en Rosario han arrojado resultados positivos según destacan las autoridades municipales. Argumentan que bajó notablemente el índice de accidentes de tránsito, fundamentalmente durante los fines de semana y en horario nocturno. En la actualidad alrededor del 10 por ciento de los controles que se efectúan dan positivo.

Ahora el gobierno provincial pretende realizar la misma campaña. Según comentó el subsecretario de Transporte en diálogo con Radio Dos, la novedosa medida comenzaría a instrumentarse en 10 días, con el objetivo de "no operar con un carácter de campaña ocasional sino establecer un programa permanente, que empezamos intensivamente porque queremos incluir a las 365 localidades que tienen en su planta urbana confiterías y lugares donde los jóvenes van a tomar alcohol", argumentó.

"No tiene que ver con impedir que se diviertan (los jóvenes) sino que ellos comprendan que la felicidad integral tiene que ver con el cuidado de su vida y para eso hay que poner límites", planteó Latorre.

A su vez, el subsecretario de Transporte agregó que este proyecto "busca comprometer a los presidentes comunales y a los intendentes de las distintas localidades para que con sus inspectores pongan límites en el origen del problema" que son las propias ciudades para "que no tengamos jóvenes que ingresen a las rutas alcoholizados".

Consultado sobre la implementación de los controles, Latorre reconoció limitaciones objetivas. "Nuestro límite estará dado en los 17 puestos de peaje que tenemos en la provincia en donde va haber inspectores permanentes con la expectativa de ingresar a la planta permanente a unos 50 agentes", teniendo en cuenta que en la actualidad hay sólo 22 inspectores provinciales, amplió el funcionario.

En cuanto a la forma de operar, se utilizarán alcoholímetros desechables y una vez que se detecte a un conductor ebrio, será detenido el vehículo y remitido a un corralón (del municipio involucrado).

Sorpresivamente, Latorre anunció que, al menos en la primera etapa, la provincia no aplicará sanciones económicas a los automovilistas que conduzcan con un nivel de alcohol en sangre mayor del permitido en la normativa vigente. "No vamos a emitir multas, pensamos que puede arrojar buen resultado aplicar otro tipo de sanciones como impedir la circulación", fundamentó el funcionario quien no obstante ello, no descartó que "más adelante se apliquen sanciones económicas".

El subsecretario de Transporte apuntó que desde la provincia se están realizando distintas campañas y trazando varias estrategias simultáneas tendientes a reducir el índice de accidentes. "Buscamos generar conciencia. Incluso para los más escépticos decimos que cada vida humana que se pierde en un accidente cuesta alrededor de dos millones de pesos (si se tiene en cuenta las distintas instancias intervinientes). Santa Fe tiene una cantidad impresionante de muertes como consecuencia de los accidentes de tránsitos (está segunda en el ránking nacional) y tenemos que trabajar para revertirlo", finalizó.