Lunes, 26 de mayo de 2008 | Hoy
SANTA FE › HERMES BINNER ENCABEZó EL ACTO DEL 25 DE MAYO EN EL CASCO HISTóRICO DE SANTA FE
Con un llamado al diálogo y la participación, el mandatario encabezó el festejo que había abandonado hace seis años el poder político, cuando Reutemann y Obeid fueron encerrados en la Catedral metropolitana por una protesta social.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Después de seis años, un gobernador volvió ayer a la plaza de Mayo para celebrar la liberación argentina de 1810. Le tocó a Hermes Binner, que apeló a la gesta patriótica como una convocatoria al futuro. "Estamos a dos años del Bicentenario de la Revolución de Mayo y a ocho años del Bicentenario de la Independencia y tenemos que forjar en este tiempo que queda, a través del diálogo y de la participación, la Argentina que nos merecemos los argentinos. Una Argentina de paz, de diálogo, de concertación. Una Argentina no de crispación, sino de entendimiento, para que le dejemos a nuestra juventud y a nuestra niñez esta enseñanza para el futuro", dijo el gobernador.
El casco histórico de Santa Fe amaneció ayer soleado y limpio. Engalanado como nunca. Una bandera gigante nacía en los balcones de la Casa Gris para cruzar la calle y entrelazarse con el palco que se montó enfrente, en la plaza de Mayo, donde a la tarde miles de personas se convocaron en una fiesta popular de canto y baile. Las cintas celestes y blancas colgaban hasta en los árboles.
El día era ideal para un festejo que el poder político había abandonado hace seis años, cuando Carlos Reutemann y Jorge Obeid fueron encerrados en la Catedral Metropolitana por una protesta social. Desde entonces, ningún gobernador volvió a pisar la plaza, un 25 de mayo. Hasta ayer, que Binner cumplió con la tradición: izó la bandera, cantó el Himno, compartió chocolate con pastelitos en el salón Blanco, asistió al Tedeum en la Catedral, dijo su discurso y presidió un desfile cívico militar. Todo, con la vicegobernadora Griselda Tessio a su lado y rodeado por los ministros de su gabinete, entre otros.
"Gobernador, hace seis años que este acto no se hacía en el casco histórico de Santa Fe, ¿qué significa volver?", le preguntaron. Binner evitó las referencias al pasado reciente, que son obvias. "Hay que recuperarlo porque es un acto con un gran sentido histórico, pero también con un gran desafío hacia el futuro", contestó.
Más tarde, en su discurso, volvió a recordar el pasado, pero como una exhortación al tiempo por venir. "Estamos en vísperas del Bicentenario" de 2010. "Y el Bicentenario es un acontecimiento que despierta en cualquier parte del mundo una sensación especial de gente quiere mirar hacia atrás, pero también hacia delante, hacia dónde vamos", reflexionó Binner. "Esto ocurrió los bicentenarios de Estados Unidos y Francia y seguramente va a constituir un momento de reflexión para el pueblo argentino".
Entonces, "a dos Bicentenario (de la Revolución de Mayo) y a ocho años del Bicentenario de la Independencia, tenemos que forjar en este tiempo que queda, a través del diálogo y de la participación la Argentina que nos merecemos los argentinos. Una Argentina de paz, de diálogo, de concertación. Una Argentina, no de crispación, sino de entendimiento, para que le dejemos a nuestra juventud y a nuestra niñez esta enseñanza para el futuro. Es necesario que converjamos en una propuesta común, que construyamos ese mañana mejor", agregó.
Binner planteó que en Santa Fe: "Nosotros tenemos una gran responsabilidad, como es mejorar la democracia. La democracia no es simplemente un hecho institucional, que ya recuperamos hace un cuarto de siglo. Necesitamos que ahora sea la democracia del pan, de la dignidad humana".
"El principal problema que tenemos es el de la pobreza, no tengamos ninguna duda. No hay desarrollo en el mundo que se pueda lograr sin atender las cuestiones sociales. Esto no quiere decir que todos tengan que vivir exactamente igual. Esto quiere decir que todos tenemos derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo y esa es la democracia que tenemos que lograr en Santa Fe".
Fue allí cuando mechó la reforma constitucional, ya convertida en bandera de su gobierno. "Santa Fe fue pionera en las constituciones de Argentina, pero hoy tiene la Constitución más vieja del país. No solo por el tiempo transcurrido sino por los conceptos que emanan de ella, que están absolutamente desactualizados en función de la propia Constitución argentina reformada en 1994. Tenemos que forjar un nuevo entendimiento entre los santafesinos, ponernos de acuerdo, tener previsibilidad, y eso se puede lograr en un acuerdo entre los sectores económicos, el Estado y la sociedad. Es necesario avanzar en este diálogo constituyente".
"Tenemos que escuchar a la población como se escuchó aquel 25 de mayo de 1810. Y escucharnos. Porque es la forma de aprender de nuestra propia historia. Allí vamos a encontrar, en nuestra argentinidad, los caminos que posibilitaron llegar a hoy. Y los caminos hacia el futuro se nutren desde estas mismas raíces. Por eso, tenemos que valorar los aspectos espirituales y materiales de los argentinos. Recuperar la idea de Nación. La Nación significa convivencia, la posibilidad de vivir con dignidad".
"Por eso sacamos las vallas (que defendían la Casa Gris). Porque las vallas limitaban el adentro y el afuera. El 25 de Mayo de 1810 no había vallas, había integración del adentro y del afuera. Y esa integración entre el adentro y el afuera es la que tenemos que jerarquizar para escucharnos, para entendernos, para tolerarnos. Pero, fundamentalmente, para saber que no se puede sembrar trigo en la guerra. El trigo se siembra en la paz. Y nosotros tenemos que construir un mañana mejor con la paz de todos los santafesinos. Ese será el mejor homenaje a los hombres de Mayo y el mejor tributo de cara al Bicentenario de 1810 y 1816", concluyó el gobernador.
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