El arzobispo de la ciudad de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, advirtió ayer que "la deuda social no admite postergación" en la Argentina, al pronunciar su tradicional mensaje navideño. Y expresó su preocupación "por las cifras de desocupación" en la provincia.

"El mensaje siempre repite lo central del misterio de Navidad: Jesucristo viene con un mensaje para el corazón de cada hombre llamado a cambiar", manifestó el prelado.

Además, monseñor José María Arancedo envió una fuerta alerta debido a que el "mundo que nos toca vivir en el que se impone la muerte, el egoísmo y una deuda social que no admite postergación".

Luego, el alto prelado expresó que "desde la curia estamos preocupados por las cifras de desocupación" difundidas recientemente para Santa Fe y señaló que esas graves situaciones "comprometen tanto la autoestima de las personas".

Después, consideró que "las fiestas que celebramos por estos días son adecuadas para reencontrarnos en la conciencia, poner los valores de justicia, amor, solidaridad, erradicar la mentira y todo lo que se opone a la verdad".

También, aseguró monseñor Arancedo que "Dios deja en el hombre la libertad para que con ella cree el mundo nuevo y no crea robots, sino que la libertad está en el hombre, aunque herida y debemos reconstruirla".

Por último, manifestó el obispo santafesino que "la Navidad sea el momento de acercar distancias, debemos levantar un teléfono para comunicarnos con el que está lejos o se alejó ya que de ese modo a través de lo pequeño, podemos construir la gran ciudad. Sorprendernos por la Navidad es el comienzo de una vida nueva", concluyó.