Viernes, 26 de diciembre de 2008 | Hoy
DEPORTES › LA TRANSFERENCIA DEL COLORADO ANSALDI AL FúTBOL RUSO
Los rusos pagaron 8.100.000 dólares por el jugador de Ñuls, pero López declaró que la operación se selló por dos millones de dólares. La AFIP investiga una posible operación de lavado de dinero.
Por Alejo Diz
Al descubrir una caja, abrir un armario o hurgar un cajón, la dirigencia de Ñuls se encuentra con un nombre nuevo que formó parte de la desordenada gestión de Eduardo López. Las pesquisas rozan de cerca a representantes, ex jugadores, barras, ex directivos, profesionales y también a instituciones, como la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que apañó a Eduardo López sin titubeos, y que ahora recoge serios problemas por tantos años de complicidad. Hablamos, más precisamente, de la transferencia de Cristian Ansaldi al fútbol de Rusia, operación que tiene a la casa rectora del fútbol argentino bajo sospecha de "lavado de dinero", de acuerdo a lo advertido por un funcionario de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Ansaldi no la pasó bien en Ñuls. Tras su debut, allá por 2005, le tocó un período de olvido en la reserva, el cual concluyó con la llegada de Ricardo Lombardi al frente del primer equipo, quien vio en el Colorado cualidades similares a las advertidas por Sergio Batista, por entonces entrenador del Sub 20.
El año pasado, con Caruso en el banco, Ansaldi fue figura, desempeño que lo llevó luego a una citación con el seleccionado juvenil. Y que también lo puso delante de una negociación millonaria para Ñuls: a cambio de 8.100.000 dólares, en enero último el defensor pasó al fútbol ruso. Pero la operación fue clara sólo para los dirigentes rusos, porque en la ciudad, López se esmeró por ocultar cifras y datos, lo que despertó aún más la atención de los sabuesos.
En los primeros días del año próximo a concluir, Ansaldi voló a Rusia, aunque ni siquiera una vez arriba del avión tenía certeza de su destino deportivo. ¿Las opciones? Dinamo o Spartak. Pero una vez en Moscú, el Colorado recorrió vía terrestre 800 kilómetros y llegó a la ciudad de Kazan, donde se encontraría entonces con la camiseta del Rubin, club que envía a Ñuls lo más de ocho millones de dólares a cambio de sus derechos federativos.
Lo que ocurrió es que ante el fisco la entidad del parque Independencia declaró que la operación se selló por algo más de dos millones de dólares. Es decir que los cargos impositivos a asumir serían muy inferiores a los que corresponderían de acuerdo al dinero girado por los rusos. Ante este contradictorio escenario, Ñuls no envió el transfer, requisito indispensable para que el jugador debute en su nuevo club. Este trámite supone la presentación en AFA de una serie de documentación que pondría en evidencia la conducta fiscal de Ñuls. Es que la AFIP coteja lo declarado por el club con lo presentado en AFA. Y como Ñuls nunca envió el transfer, no había evidencia en la casa que preside Julio Grondona para corroborar los números presentados por López.
Entre tanto, pasaron los meses de enero y febrero y Ansaldi se encontraba en Kazan sin poder jugar en el Rubin. El reclamo de los moscovitas era imposible de evadir, y entonces Grondona, haciendo uso de sus influencias como vicepresidente de la FIFA, logró habilitar a Ansaldi por la vía judicial, a pesar del estricto celo la entidad mundial por recurrir a la Justicia ordinaria para dirimir asuntos de la institución. Al final, el 12 de marzo Ansaldi estuvo autorizado para patear para el Rubin, pero AFA y Ñuls aún deben responder preguntas. "Lo de Ansaldi a Rusia es un tema que nos preocupa mucho, y que esperamos resolver con la gente nueva que asumió en Ñuls", asumió uno de los abogados de la AFA, que se esforzará para sacar a Grondona de la comprometida situación en que quedó por responder a los pedidos de Ñuls.
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