Miércoles, 25 de noviembre de 2009 | Hoy
SANTA FE › PIDIERON QUE SE CITE A OBEID
Por Juan Carlos Tizziani
La protección política de los represores de la dictadura y su reciclaje en la democracia quedaron a la vista en el juicio al ex juez Víctor Brusa y compañía. El Tribunal Oral discutió en la audiencia de ayer la posibilidad de citar al ex gobernador Jorge Obeid para que explique por qué designó como asesor de seguridad de su primer gobierno al ex encargado del Destacamento de Inteligencia Militar 122, Nicolás Correa, imputado en la causa, pero fallecido en 2007. "El señor Obeid debería ser citado para que explique qué antecedentes tuvo en cuenta para designar a Correa. Hace al objeto procesal y a la investigación del plan sistemático de exterminio", dijo la jueza Lidia Carnero. Pero el presidente del Tribunal, Roberto López Arango, rechazó el pedido. "La presidencia no comparte su criterio. Si los querellantes o la acusación pública lo hubiesen considerado pertinente lo hubieran solicitado antes. No comparto la petición y la rechazo", retrucó el magistrado. El silencio de la sala se hizo tan pesado que ni fiscales ni abogados querellantes se animaron a romperlo con una moción de apoyo a la jueza.
Correa fue uno de los tres militares que zafaron del juicio (los otros eran el ex comandante del Area 212, coronel Juan Orlando Rolón que falleció hace una semana y el ex jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini). Y uno de los más denunciados. Seis testigos lo reconocieron como el torturador de "la voz pausada" que se hacía llamar "El Tío" en el centro clandestino donde estuvieron secuestrados. Y uno de ellos, Luis Eduardo Baffico, lo identificó por otro apodo: "Nicola" y dijo que era "el jefe o el encargado" del chupadero donde permaneció encapuchado y encadenado durante 20 días.
La cobertura política a Correa ya se planteó hace un mes cuando declaró una de las querellantes, Anatilde Bugna. Correa fue asesor de seguridad de Obeid en su primer gobierno (1995/99) y operó como número dos del ex subsecretario de Seguridad Pública, teniente coronel José Bernhardt, otro experto en inteligencia militar que prestó servicios en el Batallón 601. En ese entonces, otro de los imputados en el juicio, el comisario Héctor "Pollo" Colombini era jefe de Drogas Peligrosas. "Tuvimos varias entrevistas con el ministro (de Gobierno, Roberto) Rosúa, donde hablamos sobre Correa y Colombini. A Colombini lo pasaron a retiro, pero sobre Correa nos dijo que le lleváramos pruebas. Y las pruebas eran nuestro testimonio", dijo Bugna.
Ayer, otro testigo en el juicio, el ex comisario Avelino Cantelli, ratificó el rol de Correa en el aparato represivo de la dictadura. "Correa era un asesino. Y si Obeid lo tenía a su lado era igual que él", tiró Cantelli. Y calificó a los militares como "una banda de delincuentes comunes".
En sus recuerdos de la dictadura, Cantelli relató que dos militares a los que sólo identificó por el grado ("un mayor y un capitán") le propusieron unirse a la contrainsurgencia a cambio de compartir el botín de guerra. "Les dije que no, que yo a los subversivos los combatía, pero no los torturaba ni los robaba". El incidente llegó a oídos del ex jefe de la Unidad Regional I, Néstor Cirilo Silva, quien lo llamó a su despacho para reprocharle su respuesta a los represores. "Me dijo que me cuidara, que era un mal ejemplo para la policía. 'Tené cuidado que los militares son peligrosos'. Si, eran peligrosos para robar", ironizó Cantelli.
Pero después de la negativa comenzaron las represalias: un atentado con explosivos en su casa, un intento de secuestro y la cesantía en su cargo de jefe de Robos y Hurtos, una dependencia policial en la que trabajó durante 20 años. "Si algo tengo que agradecer a Dios es que no explotó la bomba y que no me pudieron secuestrar. En esa época, estábamos al borde de la muerte".
Cantelli acusó a Correa por el atentado. "Correa y otro delincuente (el ex sargento del Ejército ya fallecido, Eleodoro Jorge) Hauque me pusieron la bomba. El le dio la orden a Hauque. Y gracias a Dios, la
bomba no explotó", dijo. Pero su familia quedó muy afectada. "A mi mujer y a mi hija les agarró un ataque de pánico" que les dejó secuelas hasta hoy.
Fue allí cuando Cantelli cargó contra el ex gobernador. "¿Si Correa era peligroso, por qué Obeid lo llevó al gobierno? ¡Que dé explicaciones! Y si es necesario y me tengo que carear con Obeid, me voy a carear. ¿Qué arreglo tenía Obeid con Correa? Si Obeid no es un delincuente que diga por qué lo tenía a Bernhardt", dijo. Y después interpeló a los jueces del Tribunal: "¿Qué van a hacer con Obeid y Correa?", les preguntó.
Nosotros no tenemos la respuesta -contestó Lopez Arango. Pero su colega, Lidia Carnero, lo sorprendió con una propuesta: pidió que se cite a declarar a Obeid para "preguntarle qué antecedentes había consultado para llevarlo a Correa a la Subsecretaría de Seguridad".
López Arango no ocultó su molestia. "La presidencia no comparte su criterio. Si los querellantes o la acusación pública lo hubiesen considerado pertinente lo hubieran solicitado antes. No comparto la petición y la rechazo", le dijo a Carnero. Los fiscales y querellantes
convalidaron con el silencio.
¿Entonces, porque me llaman a mí? -se quejó Cantelli.
Si usted tiene alguna cosa contra Obeid denúncielo en el lugar que corresponda, este no es el lugar para hacer la denuncia -se enojó López Arango.
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