Domingo, 26 de febrero de 2006 | Hoy
SANTA FE › IDENTIFICAN LOS RESTOS DE UN JOVEN ASESINADO EN 1975
Los restos identificados pertenecen a Alberto Isidoro Losada, un cordobés de 22 años, desaparecido el 15 de mayo de 1975. Sus restos estaban
depositados en el cementerio de San Lorenzo. La justicia federal de Rosario restituirá el cuerpo a sus padres en los próximos días.
Por Alicia Simeoni
La identificación de los restos de un joven cordobés de 22 años depositados en el cementerio municipal de San Lorenzo -en el sector noreste sujeto a la investigación de la Justicia Federal en el marco de la causa que presume la existencia de enterramientos hechos por fuerzas militares- sería oficializada en los próximos días por el titular del juzgado Federal Nº 4 a cargo de Germán Sutter Schneider. Los únicos restos identificados hasta ahora pertenecen a Alberto Isidoro Losada, a quien su familia buscó desde el 15 de mayo de 1975 cuando recibió el aviso que daba cuenta de que lo habían matado en la zona cercana a Rosario. En esa fecha comenzó el recorrido ante el Comando del II Cuerpo de Ejército y la policía para averiguar el paradero del joven y luego se formalizó la denuncia ante la filial Córdoba de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). Ahora sus padres y hermana sólo esperan la pronta restitución del cuerpo. El joven Losada era técnico electrónico, trabajaba, estudiaba, militaba en el ERPPRT y se había ido de su casa en Córdoba el 22 de marzo, dos días antes de que fuerzas parapoliciales llegaran hasta allí buscándolo. Según su padre, Américo Losada, que habló con Rosario/12 "lo fusilaron en Roldán". "¿Por qué no los llevaron presos?", pregunta ya que al tratar de armar la historia del recorrido de su hijo presume que estuvo con otros dos jóvenes. También ubica temporalmente la muerte de Alberto "cuando todavía se estaba en un gobierno constitucional" como víctima del terrorismo de Estado.
Alberto Isidoro Losada tenía 22 años cuando desapareció y su caso aparece en los registros de la CONADEP con el número L-7 en tanto no hay testimonios de su paso por un centro clandestino de detención. Losada habría cumplido ayer 53 años -nació el 25 de febrero de 1953- tal como recordó en conversación con este diario su padre, un jubilado que vive en Córdoba junto a su esposa, la mamá de Alberto, y a su hija Marta que le pudo dar nietos.
A este hombre que no ve a su hijo desde el 22 de marzo de 1975 -esa es la fecha en que Alberto se fue de la casa en Córdoba y se supone que vino a Rosario en su condición de militante del ERP-PRT- las bandas parapoliciales allanaron su casa dos días después y lo tuvieron encerrado con el resto de su familia. De ahí en más nunca volvieron a verlo. Una llamada telefónica dio cuenta de que lo habían matado el 15 de mayo de 1975 y al día siguiente, el 16, según cuenta Losada padre, a quien llaman Américo, ya estaba en Rosario y comenzó el largo camino que lo iba a llevar al Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, a dependencias policiales y judiciales sin encontrar respuesta.
En esta ciudad se contactó con la organización Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales y también lo hizo en Córdoba, con una Ong a la que siempre se mantuvo ligado.
Américo tiene preocupación por aclarar varias cosas: "Losada se escribe con s y el segundo nombre de Alberto era Isidoro, 'Isidorito' y no Isidro... Era un buen hijo, tuve dos buenos hijos", cuenta por teléfono mientas cree que esta cronista tiene o conoce más detalles que él. Cuando percibe que no es así pregunta: "¿Sabe dónde lo mataron? En Roldán y quien me contó eso también me dijo que lo fusilaron, a él y a los otros dos, ¿por qué no los llevaron presos?". Américo busca la respuesta a la pregunta con la que se hubiera formulado la esperanza de que su hijo siguiera vivo, pero después señala que "todo pasó cuando todavía estábamos en democracia".
-¿Qué quiere contar de Alberto?, preguntó esta cronista y Américo pronunció un largo monólogo a través del teléfono.
-Trabajaba conmigo en la planta de Materfer, la fábrica de materiales ferroviarios, lo hacía de día y terminó el bachillerato de noche como técnico electrónico. Entró después en ingeniería electrónica. Le gustaba el básquet y el fútbol, medía 1.97, a los 16 era titular de un equipo de primera B de básquet. Le gustaba tocar la guitarra y era bueno. Trabajábamos juntos y traíamos el sueldo a un mismo pozo para tener algo y siempre estaba regalando cosas a quien la necesitara, su campera o lo que fuera. Me decía que nosotros éramos dos para trabajar y poder comprar otra".
Los Losada ahora sólo esperan la restitución del cuerpo de su hijo. "Es muy feo, es demasiado malo lo que pasó pero desde que sé que identificaron sus restos, después de 30 años de buscarlo siento como una tranquilidad porque llegamos a lo que esperábamos y por otra parte hay tanta gente que no lo consigue... Estamos esperando".
Américo se había constituido en querellante para averiguar la Verdad Histórica en el marco de la causa judicial Cementerio de San Lorenzo con el patrocinio del EJDH. Hay que recordar que el de Losada, el primero de los restos identificados, fue encontrado en el sector noreste del cementerio de la ciudad de San Lorenzo, un lugar que quedó relacionado desde diciembre de 2002 con la denuncia de una mujer que dio cuenta de la posible existencia de lo que en ese momento se pensó que era una fosa común con enterramientos clandestinos.
Este diario reprodujo otro testimonio correspondiente a abril de 2003, el de una mujer anciana, familiar de la primera que contó lo que vio en la necrópolis sanlorencina: camiones militares y hombres con uniforme militar descargando grandes bolsas de nylon. Esa denuncia tomó estado público a través de Rosario/12. La mujer guardó silencio desde el otoño-invierno de 1976 hasta que decidió presentarse y formalizar su testimonio ante la Justicia Federal de Rosario con el patrocinio del Equipo Jurídico por los Derechos Humanos.
El juzgado Federal Nº 4 dispuso tiempo después el comienzo de las tareas de excavación cuando se comprobó que no se trataba de una única fosa común sino de enterramientos individuales que podrían corresponder a acciones con distinto origen y temporalidad.
La investigación en el cementerio de San Lorenzo a cargo de Sutter Schneider, que reemplazó en el cargo a los magistrados Omar Digerónimo y Humberto Toledo, requiere de un complejo trabajo interdisciplinario que lleva más de dos años con la tarea de los peritos designados por el tribunal, el antropólogo Juan Nóbile, docente de la UNR, la historiadora Gabriela Aguila, directora de la carrera de Historia y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Todavía no se conoce el informe final de los peritos que deberá evaluar el magistrado. Sutter Schneider aun no oficializó la identificación de Alberto Isidoro Losada, algo que tal vez haga en los próximos días.
En fuentes ligados a organismos que trabajan en el área de derechos humanos y nuclean a familiares de Rosario y de Córdoba se tiene como un hecho que el primero de los cuerpos enterrados en San Lorenzo que fue identificado corresponde a Alberto Isidro Losada.
Por otra parte algunos testimonios recogidos por este diario recordaron la acción llevada a cabo por el ERPPRT el 13 de abril de 1975 con el copamiento al Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán. Ese día los militantes del ERP llegaron hasta los depósitos de armas y cuando se retiraron con cargamentos de armas, fuerzas militares y policiales desplegaron acciones de rastrillaje en toda la zona cercana a Rosario. Alberto Isidoro Losada fue muerto, "fusilado" -dijo su padre- poco tiempo después.
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